Receta de trufas de chocolate y leche condensada, un postre perfecto para Nochevieja
Llega fin de año y después de las últimas comilonas y de haber pasado tanto tiempo en la cocina no tenemos ganas de complicarnos con el postre. Además vamos a ser un montón en la cena -y alguno más que se apuntará antes o después de las campanadas- así que necesitamos algo que pueda estar listo por adelantado y, a ser posible, en cantidad.
Las trufas de chocolate siempre funcionan para una cena así. Y si son caseras y además del chocolate le añadimos leche condensada, el éxito está más que asegurado. Lo bueno de esta receta es que pocos ingredientes sale una buena cantidad y además podemos jugar con diferentes tipos de chocolate o incluso añadir algo de alcohol o frutos secos para hacer diferentes versiones.
Aquí os proponemos la versión más sencilla, pero a partir de ahí es sólo cuestión de añadir lo que nos apetezca para versionarlas y preparar una buena bandeja con la que recibir 2019. ¿Y si cambiamos las uvas por las 12 trufas? Bueno, igual tampoco nos pasemos.
Ingredientes
Para las trufas negras
- 200 gr. de chocolate negro de cobertura
- 100 gr. de leche condensada
- 100 gr. de mantequilla
- Cacao en polvo
Para las trufas blancas
- 200 gr. de chocolate blanco de cobertura
- 100 gr. de leche condensada
- 100 gr. de mantequilla
- Azúcar glass
- Cacao en polvo
Preparación
Para empezar derretimos los dos tipos de chocolate por separado. Como siempre, podemos hacerlo al baño María o al microondas con intervalos cortos y a baja potencia para que no se queme.
En un cazo derretimos la mantequilla, añadimos la leche condensada y removemos. Añadimos el chocolate negro y no dejamos de remover hasta que todos los ingredientes queden bien integrados y la mezcla empiece a despegarse de las paredes del cazo. Lo pasamos a una fuente y dejamos templar.
Repetimos el mismo proceso con el chocolate blanco y lo dejamos templar en otra fuente.
Tapamos cada mezcla con papel film y presionamos con los dedos para que el film toque la masa y no deje nada de aire, así evitamos que se forme una costra en la capa superior. Cuando las mezclas estén frías las pasamos al frigorífico y las dejamos un mínimo de 3-4 horas o, mucho mejor, de un día para otro.
Pasado este tiempo retiraos el film y vamos sacando porciones de masa con una cucharilla de postres. Formamos una bolita con las manos y rebozamos con cacao puro las trufas de chocolate negro y con una mezcla de cacao puro y azúcar glass las trufas de chocolate blanco.
Una vez preparados todas las trufas las guardamos en el frigorífico hasta el momento de servir.