Bernardo Montoya cambia su versión y asegura que su exnovia mató a martillazos a Laura Luelmo

Bernardo Montoya, autor confeso del crimen de Laura Luelmo.
Bernardo Montoya, autor confeso del crimen de Laura Luelmo.
EP
Bernardo Montoya, autor confeso del crimen de Laura Luelmo.

Según ha publicado Espejo Público, Bernardo Montoya, acusado del asesinato de la joven Laura Luelmo en El Campillo (Huelva), ha cambiado la versión de los hechos que refirió originalmente a la Guardia Civil, afirmando ahora que no fue él quien asesinó a la joven sino su exnovia, "Josefa".

Según el programa, Montoya, cansado del módulo de aislamiento en el que se hallaba recluído, pidió hablar con un funcionario para contarle que había decidido "autoinculparse" para "librar a su exnovia de la cárcel", pero que ahora ha decidido "no comerse el marrón de Josefa".

Montoya explica que conoció a Josefa varios años atrás, cuando ambos se encontraban recluídos en el módulo penitenciario de Puerto 3 (Cádiz), y comenzó una relación con ella que, afirma, decidió dejar por la adicción de Josefa a la heroína.

Una discusión por celos

Bernardo Montoya asegura que Josefa se presentó en su casa de El Campillo el día que murió la joven, y pese a no haberla visto en años, la invitó a entrar. Algo después, Laura Luelmo habría salido de la casa de enfrente y preguntado a Montoya por un supermercado (algo que ya había referido en su versión anterior) lo que supuestamente provocó los celos de Josefa. Según la nueva versión del acusado, volvió a hablar con Luelmo cuando ésta regresaba de hacer la compra y Josefa comenzó una discusión al respecto, acusando a Montoya de alquilarle la casa a Luelmo a cambio de relaciones sexuales.

Montoya prosigue el relato afirmando que entró en el baño y, al salir, se encontró a las dos mujeres discutiendo en el salón de su casa y Josefa agredió a Luelmo con un palo de escoba en la cara. Según esta nueva versión, Bernardo Montoya, que "no quería más líos", agarró a Luelmo, la llevó a una habitación y la maniató.

Asesinada a martillazos

"En ese momento", señala en su declaración, "Josefa se presentó en la habitación con un martillo [...] y le propinó a Laura un golpe en la cabeza. Laura seguía pidiendo ayuda entre leves quejidos y Josefa le propinó dos nuevos golpes que acabaron con su vida. Josefa y yo discutimos qué hacer con el cuerpo."

Montoya ha añadido algunos detalles más, concerniendo la ocultación del cadáver (que, según esta nueva versión, llevó a cabo él sólo pese a que su exnovia le acompañaba ya que Josefa no se bajó del coche) y aseverando que ambos pasaron aquella noche en la casa de la madre de Josefa.

Josefa y su madre, según Espejo Público, niegan estas acusaciones y aseguran que Josefa puede probar su inocencia ya que asiste "a un comedor público en el que come y duerme todos los días" y que lleva cuatro años sin ver a Montoya, así como que la pareja no pasó aquella noche en la casa de la madre de Josefa.

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