Motor

Nueve consejos para elegir la mejor financiación para el nuevo coche

En 2018, el 32% de los préstamos se formalizaron con el propio punto de venta.
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En el 2018, los españoles gastaron 17.155 euros de media en la compra de un coche. Así lo detalla un estudio realizado por el Observatorio Cetelem del Motor relativo a los datos del pasado año. La mayoría de economías domésticas no disponen de ese dinero para pagar al contado y, para poder hacer frente al pago, la mejor opción es la financiación. Esta fue la alternativa escogida por el 61% de los compradores en 2018, según el citado estudio. De este porcentaje, el 32% formalizaron la financiación con el propio punto de venta, seguido por el 17% que lo hizo en una entidad financiera especializada, mientras que el 12% la firmó con su banco habitual. De esta forma, la financiación es la alternativa más escogida para poder disponer de un vehículo. Para escoger el método del préstamo que mejor se adapta a cada conductor solo hay que tener preparada la documentación necesaria y tener en cuenta estas nueve claves.

Fijarse un presupuesto límite. Por mucho que el coche se vaya a financiar, cada comprador debe ser consciente de su capacidad de endeudamiento para no adentrarse en una suma de dinero imposible de pagar, incluso aunque se recurra a la financiación. Ser realista asegura que se pueden pagar las cuotas establecidas ya que, de lo contrario, se incumple el contrato de financiación, algo que puede conllevar intereses de demora o morosidad e, incluso, la finalización del préstamo y entrega del coche.

Pagar la entrada. Cuánto más se pueda pagar al inicio, mejor ya que la cantidad de dinero a financiar será menor y, por tanto, menos intereses y cuotas menos cuantiosas. Lo recomendable es pagar el 20% del precio del coche como entrada.

Conocer todas las opciones de financiación. Como ocurre con otros préstamos, las entidades bancarias son las plataformas que la conceden. En el sector automovilístico, los propios concesionarios cuentan con financieras para realizar estos trámites. Estos últimos suelen estar más dispuestos a negociar porque su objetivo es vender.

Estudiar los tipos de interés. Una vez decido la entidad con la que se va a formalizar el préstamo, es conveniente conocer los tipos de interés, puesto que un nuevo vehículo puede financiarse con un tipo de interés fijo (para pagar siempre la misma cuota), variable (con referencia al Euribor) o flexible (con condiciones ventajosas durante una temporada). También existe el llamado crédito selectivo, solo usada por los fabricantes de automóviles, en el que se financia una parte del coste total en un corto periodo y se reserva el resto para un último pago que el cliente puede hacer frente o cambiar de coche.

Establecer plazos cortos. Como en cualquier financiación, en la de los vehículos también existen los intereses. Es por ello que, cuanto menor duración tenga el préstamo, menores serán estos. Así que conviene establecer una financiación que no se alargue excesivamente en el tiempo.

Estudiar las cláusulas del crédito. Hay que prestar atención a las condiciones en las que se formaliza la financiación. Entre ellas, a la comisión de apertura, a la de amortización anticipado (por si de repente se adelanta parte del préstamo), la de cancelación del crédito y el Tipo de Interés Nominal (los intereses que cobran por ceder el dinero).

Emplear un simulador de préstamos. Esta es la forma más certera de garantizar cómo serán las futuras cuotas mensuales. Muchas de estas herramientas incluyen un cuadro de amortización donde se indica la evolución del préstamo a lo largo de los años para que el deudor pueda observar qué parte corresponde a la amortización y cuál va destinada al pago de intereses.

Tener en cuenta otros gastos. La gasolina, las reparaciones, los impuestos, los complementos... Un coche es un bien que requiere de una inversión constante, hecho que hay que tener presente para establecer las cuotas de la financiación.

Estudiar las ayudas del Estado. Además de la financiación, el propio Estado ofrece ayudas a la adquisición de nuevos vehículos, especialmente aquellos que se rigen por las nuevas normativas medioambientales. El Plan VEA o el Movalt son algunas de las ayudas disponibles este 2019. 

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