La madre acusada de matar a sus dos hijos en Godella sufrió varios brotes psicóticos antes de su detención

María Gombau, acusada de matar la semana pasada a sus dos hijos de tres y cinco meses en Godella, ya había sufrido anteriormente varios brotes psicóticos, si bien no fue diagnosticada hasta su detención tras cometer el crimen.

La mujer se encuentra desde entonces en una celda de observación del módulo de Enfermería de la prisión de Picassent bajo protocolo antisuicidio, al igual que su pareja, Gabriel Carvajal, también acusado del asesinato de los menores.

Según informa El País, que cita a fuentes penitenciarias, Gombau recibe medicación y habla de sus hijos en presente.

La detenida tuvo su primer brote psicótico en 2016, cuando su hijo mayor contaba con cuatro meses de vida, según su entorno. La misma edad que tenía su hija pequeña cuando sufrió el segundo brote, el pasado mes de febrero.

Fue a partir de ese mes cuando el estado mental de la madre fue a peor. Fue entonces cuando, tres semanas antes de cometerse el crimen, la joven decidió salir de la casa de su madre, donde se había quedado a dormir, para pasar la noche con su bebé fuera. Tras dos horas de búsqueda por parte de su familia, la Guardia Civil y la Policía Local, la joven fue localizada por su hermano. En ese momento, aceptó ir al psiquiatra, pero no la diagnosticó.

Según las amigas de María, la situación empeoró hasta el punto de que tanto la madre como el padre de los niños mencionaban a una supuesta secta que perseguía a sus hijos para secuestrarlos. "La madre lo dijo por activa y por pasiva. Pero qué íbamos a hacer, ¿denunciarlos? Nunca pensamos que iban a llegar a ese punto", asegura una amiga en declaraciones a El País.

Sus delirios han continuado en prisión, donde esta semana ha protagonizado un altercado: "Decía que quería hablar con sus hijos, que nosotros pertenecíamos a la secta y que la queríamos envenenar", indicó una funcionaria en declaraciones al programa Cuatro al día.