Ruta de tapas por Sevilla en la Semana Santa 2019

  • Pavías, croquetas, montaditos, guisos... las alternativas son tan variadas como bares hay en Sevilla, con una gastronomía que también forma parte de la fiesta.
Tapas de tortilla de patata.
Tapas de tortilla de patata.
EUROPA PRESS
Tapas de tortilla de patata.

No solo de torrijas se alimenta el cofrade en Semana Santa, que también. Sin duda, se trata de uno de los productos más típicos de estos días y, si no es usted de los que se las prepara al gusto en casa, no se preocupe, porque no habrá bar, cafetería o pastelería en Sevilla donde no le sirvan este tradicional dulce.

Pero las jornadas cofrades pueden llegar a ser maratonianas y hará falta algo más que un poco de azúcar para coger fuerzas y aguantar el tirón. Por opciones no será; es cuestión de echar a andar con un ojo puesto en las aceras para descubrir que bares no le faltan a la ciudad, con una variada gastronomía que hará mucho más llevaderas las esperas entre cofradía y cofradía.

La taberna Azahar, en la plaza de San Julián, es una de las mejores opciones para esperar el Domingo de Ramos al mediodía, donde no debería dejar pasar un buen plato de albóndigas con tomate para llenar el estómago antes de ver pasar al Cristo de la Buena Muerte y el palio de la Virgen de la Hiniesta.

Curioso es el caso de La Goleta, taberna más conocida por el nombre de su propietario, Álvaro Peregil, hijo del cantaor Pepe Peregil. Está ubicada en la calle Mateos Gago, en pleno barrio de Santa Cruz, y, a pesar de su pequeño tamaño, concentra a numerosos clientes, tanto autóctonos como turistas.

El montadito de pringá puede ser una gran elección, regado con el auténtico vino de naranja traído directamente de Huelva, un producto que el establecimiento despacha desde hace más de cuatro décadas. Una buena alternativa para ver pasar San Bernardo el Miércoles Santo. En esta misma calle se encuentra el bar La Fresquita, un lugar ideal para refrescar la garganta mientras se espera a Santa Cruz el Martes Santo.

Otra parada obligatoria, en pleno centro de la ciudad, es la Antigua Taberna de San Lorenzo (calle Teodosio, 53), una abacería cofrade donde, además de las chacinas, es recomendable probar los soldaítos de pavías. Una parada idónea para hacer un receso el Miércoles Santo antes de ver el Buen Fin. No muy lejos de allí (calle Hernán Cortés, 2) se encuentra otro clásico de la ciudad, Casa Ricardo (antigua Casa Ovidio), famoso por su espíritu cofrade y, sobre todo, por sus croquetas, que harán las delicias de todo el que las pruebe.

No deje tampoco de acudir el Jueves Santo a El Rinconcillo (calle Gerona, 40), el bar más antiguo de Sevilla (1670), que este año se convierte en un lugar de excepción para ver la salida y/o entrada de La Exaltación, que regresa a Santa Catalina 15 años después del cierre del templo para su restauración. Perfecto tanto para tapear como para deleitarse con una buena comida a mesa y mantel.

Y si lo que quiere es salir del centro, acérquese a La Chicotá, en la calle Luis Montoto, donde será testigo de cómo se vive la verdadera pasión por una hermandad, la de San Benito (Martes Santo).

Para gustos, los colores. Opciones no le van a faltar y ganas de llenar el estómago, seguro que tampoco.

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