Barcelona

Uno de los dos sospechosos del crimen de la Guardia Urbana señala ahora a un tercer cómplice

Un grupo de policías recogen pruebas de un crimen.
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Uno de los dos principales sospechosos del crimen de la Guardia Urbana de Barcelona, el agente Albert López, ha señalado que una tercera persona habría sido cómplice de la muerte de Pedro Rodríguez en connivencia con la otra investigada, la también agente Rosa Peral.

Según habría relatado López ante la juez esta semana, Rosa Peral habría tenido ayuda de su padre para poner el cadáver dentro del coche que días después apareció calcinado cerca del pantano del Foix. Lo recogen medios como La Vanguardia y Ara, que revelan nuevos detalles de la declaración de los investigados ante la magistrada.

Según López, una llamada de Peral a su padre la noche del 1 de mayo corrobora la colaboración de este hombre encubriendo los hechos. Albert López siempre ha dicho que él no mató a Rodríguez y ha insistido en que su implicación se limita a haber ayudado a Peral a deshacerse del cadáver. López, sin embargo, ha ofrecido versiones contradictorias a lo largo de los dos años que ha durado la investigación.

El día que lo detuvieron, dijo que había sido Peral quién había matado a Rodríguez, y relató que ella le llamó alrededor de las 22 h del 1 de mayo pero que llegó a  su casa después de cuatro horas. Según dijo, aquella noche no supo que Rodríguez estaba muerto, sino que fue conocedor al día siguiente, cuando Peral le enseñó el cadáver dentro del coche. Aquel día, compró gasolina y acompañó a Peral al pantano del Foix.

El día de la reconstrucción de los hechos, sin embargo, López dijo que la noche del crimen había saltado la valla de su casa, mientras que el día que quemó el coche no había visto muy bien qué pasaba en la pista forestal. Más adelante, todavía ofreció una tercera versión: explicaba que, la noche del crimen, había ido a casa de Peral de madrugada y ella le había confesado que había matado a Rodríguez. Según este relato, la misma noche la intentó convencer de que avisara la policía.

El día siguiente, Peral le habría pedido que se acercaran a casa de su ex marido para después ir al pantano.

En la interlocutoria emitida por la juez esta semana, a que ha tenido acceso la ACN, la magistrada destaca las incongruencias y contradicciones de López durante estos dos años, y destaca que existe un gran interrogante sobre cómo se habría introducido el cadáver dentro del coche. Según la juez, no es posible que Peral introdujera sola el cuerpo en el maletero porque era un hombre corpulento a quien habría tenido que arrastrar, y no había restos de sangre en el suelo.

En este sentido, la magistrada remarca que la principal sospecha es que tuvieron que trasladarlo cogido entre dos personas, y mantiene que López y Peral son los principales sospechosos. Ahora, sin embargo, López insiste en que él no estaba en casa de ella en el momento del crimen y asegura que fue el padre de Peral quién la ayudó a trasladar el cadáver dentro del coche. Mientras tanto, esta semana la magistrada ha acordado mantener en prisión preventiva a los dos investigados, puesto que considera que los dos tuvieron una participación activa en los hechos.

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