El presidente en funciones, Pedro Sánchez, ha inaugurado este martes el AVE a Granada, un viaje de tres horas aproximadamente que no ha querido repetir para volver a Madrid. Tras el estreno de esta línea ferroviaria ha hecho efectuado el viaje de regreso en Falcon, el avión del Ejército del Aire reservado para las autoridades y que durante el mandato del líder socialista ha sido un medio de transporte habitual.

Desde que Pedro Sánchez llegara a la Moncloa, moción de censura mediante, el uso que ha hecho del Falcon ha sido uno de los asuntos más criticados por la oposición durante su etapa en el Gobierno. Incluso las Nuevas Generaciones del PP crearon una agencia llamada "Falcon Viajes" para denunciar lo que consideran "abusos" del presidente del Ejecutivo "al utilizar de forma inapropiada los vuelos para asuntos particulares".

Todo empezó en julio del año pasado. Solo un mes después de que Pedro Sánchez llegara a la Moncloa, un viaje al Festival de Benicassim despertó la polémica. El jefe del Ejecutivo utilizó el avión presidencial para acudir junto a su esposa a Castellón, donde actuaba el grupo The Killers. Sánchez cogió el avión tras presidir el Consejo de Ministros y aprovechando su estancia realizó una visita institucional al ayuntamiento de Castellón de la Plana, donde se citó con la alcaldesa, Amparo Marco, y mantuvo una reunión informal con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

Tras las críticas desatadas por este viaje, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, justificaba como "agenda cultural" dicha visita, aunque su asistencia no formaba parte de la agenda oficial de Sánchez, y alegaba que el desplazamiento por vía aérea respondía a motivos de seguridad. Este asunto llegó incluso al Congreso, donde los partidos de la oposición cuestionaron en la sesiones de control el coste del viaje.

Entonces la polémica se hizo aún mayor. El Ejecutivo cifró en 282,92 euros el gasto del viaje, una cantidad que posteriormente matizó que correspondía al gasto en protocolo y se negó a ofrecer el coste real por considerar que se trataba de materia clasificada.

El presidente del Gobierno también hizo uso del Falcon para desplazamientos privados relacionados con las vacaciones familiares. En agosto se desplazó en el avión presidencial a Doñana con su familia, y también durante las navidades para pasar unos días en Lanzarote, en la residencia oficial de "La Mareta". Este viaje derivó en otra tormenta política por sumar al gasto del desplazamiento más de 30.000 euros en el acondicionamiento de la residencia, Patrimonio Nacional, para alojar a la familia del presidente.

Además de vacaciones y conciertos, Sánchez se ha subido al avión oficial para acudir a actos del PSOE durante la precampaña. Moncloa y Ferraz han llegado a sincronizar las agendas del presidente y a la vez candidato socialista para evitar nuevos gastos en desplazamientos antes de la campaña electoral.

ya con la vista puesta en las elecciones, el equipo de Gobierno ha evitado hacer uso de los medios de transporte oficiales y ha optado por alquilar aviones privados para sus desplazamientos para los actos de partido organizados por Ferraz.

No fue el Falcon sino el Super Puma 402 Escuadrón del Ejército del Aire el medio de transporte escogido por Pedro Sánchez para acudir a la boda de su cuñado, el hermano de su mujer, en un pequeño pueblo de La Rioja en el mes de junio. No es la única vez que Sánchez ha hecho uso del helicóptero, ya que la Moncloa cuenta con un helipuerto cuyo uso ha sido muy frecuente en los 10 meses de gobierno.

No obstante, preguntado por los partidos de la oposición al respecto, el Ejecutivo se ha negado a hacer público el número de veces que Sánchez ha hecho uso de él alegando que esta información supone un secreto oficial amparándose en un acuerdo del Consejo de Ministros de 1986.

Si bien los viajes de Pedro Sánchez en el Falcon han sido muy sonados, también sus antecesores en el cargo disfrutaron del avión presidencial y, como él, se vieron involucrados en polémicas por su uso. Mariano Rajoy acudió en 2014 a un congreso del PP europeo en Berlín y acudió a varios actos de partido en Galicia en 2003. Aunque uno de los viajes más polémicos fue el realizado a un partido de la selección española en la Eurocopa de Polonia poco después de que De Guindos anunciara el rescate bancario.

También Zapatero viajó a varios mítines del PSOE en el Falcon. Concretamente en 2009 voló hasta Asturias para apoyar la candidatura socialista de cara a las elecciones europeas y a otro acto de partido en Dos Hermanas, Sevilla. Aznar hizo lo propio cuando era presidente y utilizó el helicóptero militar para trasladarse a Torrejón y coger allí un avión que le llevara a un acto de partido.

Pero fue Alfonso Guerra durante su etapa como vicepresidente del Gobierno quien protagonizó otra gran polémica cuando en 1988 se subió al Mystère de la Fuerza Aérea para evitar un atasco tras pasar la Semana Santa en Portugal.