Qué es el cáncer de cérvix: todo sobre el tumor que Sanidad quiere atajar desde julio

Cuello del útero.
Cuello del útero.
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Cuello del útero.

El Ministerio de Sanidad ha anunciado este viernes que pondrá en marcha un programa de cribado de cérvix en mujeres de entre 35 y 65 años para mejorar la detección del cáncer de cuello de útero.

En la actualidad, las pruebas para diagnosticar el cáncer de cérvix o de cuello de útero se realizan de forma esporádica o a petición de la mujer, lo que dificulta la detección precoz de este tumor, que no causa síntomas en su fase inicial.

En España, se diagnostican cada año unos 2.100 casos de estos tumores, fundamentalmente en mujeres de entre 35 y 50 años. Te explicamos algunos de los detalles más importantes de este tipo de cáncer:

¿Qué es el cáncer de cérvix?

El de cérvix es un cáncer que se produce cuando las células normales del cuello del útero comienzan a cambiar y a crecer descontroladamente e invaden tejidos y órganos de su alrededor, constituyendo un tumor maligno. En ocasiones, estas células pueden trasladarse y proliferar en otras partes del cuerpo, y es cuando se producen las metástasis.

El crecimiento de este tipo de tumores se puede producir de forma local, por extensión directa hacia la vagina, hacia el cuerpo del útero, hacia los laterales, hacia delante o hacia atrás; por diseminación linfática; o más raramente por diseminación hematógena, a través de los vasos sanguíneos hacia el hígado, los pulmones y los huesos.

¿Cómo detectar el cáncer de cérvix?

Cuando el cáncer de cérvix se encuentra en una etapa inicial, la detección solo es posible si la mujer acude de forma regular al ginecólogo y se somete a un estudio para detectar dichas lesiones, conocido como test de Papanicolau.

Los síntomas aparecen cuando el tumor se encuentra en un estadio más avanzado y suelen consistir en hemorragias vaginales anormales, entre reglas, tras el coito o en cualquier momento en el caso de mujeres menopáusicas; secreciones vaginales inusuales y dolor o molestias durante las relaciones sexuales.

Sin embargo, la existencia de estos síntomas, advierte la Asociación Española contra el Cáncer AECC), no tiene por qué responder a un tumor maligno en el cuello del útero, sino que puede estar motivada por enfermedades benignas. No obstante, la institución recomienda acudir al especialista para el diagnóstico y tratamiento si se presentan estas señales.

La detección precoz de alteraciones celulares en la citología y la administración de la vacuna contra el virus del papiloma humano contribuyen a la prevención del cáncer, ya que en la etapa inicial los cambios en las células son solamente anormales y no malignos.

Factores de riesgo

El mayor factor de riesgo para sufrir cáncer de cuello de útero es la infección por el virus del papiloma humano (VPH), que se considera una causa necesaria para el desarrollo de este tipo de tumor, de acuerdo con la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Otros factores que aumentan el riesgo de infección por VPH son la actividad sexual a edad temprana, tener numerosos compañeros sexuales (o las relaciones con uno que haya tenido muchas parejas) y el coito con un hombre con verrugas en el pene.

La SEOM también explica que la mayor parte de las infecciones por VPH se resuelven de manera espontánea y se desconocen los motivos por los que solo algunas de ellas se convierten en tumores malignas.

El tabaquismo, los anticonceptivos orales, el herpes genital y un sistema inmunológico debilitado también constituyen factores de riesgo para padecer esta clase de cáncer.

Perfil de las pacientes y mortalidad

Esta clase de tumores es la segunda más frecuente en mujeres, después del de mama, en todo el mundo. De hecho, supone la primera causa de mortalidad por cáncer entre la población femenina en algunos países del tercer mundo. No obstante, en España presenta una incidencia "muy baja", según la AECC, con 2.100 casos diagnosticados anualmente.

Esta cifra representa el 3,3% de los tumores femeninos, por detrás de los cánceres de mama, estómago, cuerpo de útero, ovario y hematológico.

En cuanto al perfil demográfico de las pacientes, se trata de un tumor propio de la mediana edad y la mayor parte de los casos son detectados entre los 35 y los 50 años, con un máximo entre los 40 y 45. Solo el 10% de los diagnósticos se realizan a partir de los 65 años.

Actualmente, en España mueren unas 550 mujeres a causa del cáncer de cérvix cada año y la tendencia es que esta cifra disminuya progresivamente. Asimismo, en torno a un 70% de las mujeres que lo padecen sobreviven más de cinco años y la edad media al fallecimiento se sitúa en 60 años.

Tratamiento actual

En la actualidad, el tratamiento del cáncer de cérvix incluye la cirugía y la radioterapia y solo de forma excepcional se recurre a la quimioterapia. El procedimiento aplicado varía en función del tamaño y localización del tumor, del estado general de la paciente y de su intención de tener hijos.

La intervención tampoco es siempre idéntica y puede consistir en la extirpación únicamente del tejido maligno, de todo el cuello cervical o del útero completo, preservando o no los ovarios y las trompas de falopio.

En el supuesto de que la mujer estuviera embarazada, se debe plantear la posibilidad de retrasar el tratamiento hasta después del parto.

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