Así actuaba Natalia, la reina de la burundanga que envenenó a 7 hombres y les robó 41.000 euros

Imagen de la detenida acompañando a una de sus víctimas hasta un cajero para robarle dinero.
Imagen de la detenida acompañando a una de sus víctimas hasta un cajero para robarle dinero.
GUARDIA CIVIL
Imagen de la detenida acompañando a una de sus víctimas hasta un cajero para robarle dinero.

Natalia Torices, la joven de 24 años detenida en León acusada de envenenar con burundanga a siete hombres de su círculo más cercano, a quienes robó hasta 41.000 euros, había diseñado este plan casi a la perfección. Los sucesivos ataques de burundanga en la provincia logró desconcertar a los agentes, que llegaron a acuñar la investigación con el nombre de operación Black.

La escopolamina, también llamada burundanga, es una droga que anula la voluntad de aquel que la toma y le borra la memoria. La detenida se valió de esta sustancia para robar a personas próximas a ella —incluido su abuelo de 90 años— con el objetivo de financiarse sus caprichos con el dinero de los demás.

Según declaraciones de fuentes próximas a la investigación que recoge El Español, los ataques que perpetraba la joven estaban absolutamente perfeccionados, e incluso llegaba a robar cantidades superiores a los 9.000 euros de una sola vez.

Las tres patas de este plan eran el bar, el cajero y la dosis de burundanga que suministraba a sus víctimas a hurtadillas. Todas eran personas de su círculo de confianza, con quienes quedaba en un bar. A continuación, en un descuido de la víctima, la detenida echaba la droga en la bebida y esperaba a que hiciese efecto. Después, acompañaba a esa persona a un cajero, donde las sometía a su voluntad para que le diesen el dinero. Al día siguiente, las víctimas no recordaban nada.

El engaño no terminaba ahí, ya que Natalia también falsificó documentos como facturas o supuestas compras de billetes de avión, que le servían para respaldar las historias que comentaba a sus víctimas.

Una denuncia falsa, el origen

La operación para encontrar al autor de estos envenenamientos se inició en octubre de 2018, cuando Natalia acudió a la Guardia Civil para presentar una denuncia. Según su declaración, estaba siendo extorsionada por dos individuos que le exigían más de 200.000 euros.

Sin embargo, la joven entró en numerosas contradicciones, lo que hizo sospechar a los investigadores de la falsedad de lo expuesto.

En ese periodo de tiempo, la Guardia Civil tuvo conocimiento de que varios hombres habían ingresado en distintas fechas en el Hospital de León con síntomas similares: midriasis arreactiva (dilatación de las pupilas), sequedad bucal, dificultad de coordinar movimientos y habla y pérdida de memoria. Además, a todos ellos les faltaba dinero en sus cuentas bancarias.

A comienzos de enero, ingresó una nueva víctima en estado grave y por la que se llegó a temer por su vida con resultado positivo en análisis de burundanga y a la que le habían sustraído más de 1.400 euros. Todos estas personas tenían un nexo en común: confirmaban la presencia de Natalia momentos antes de cada episodio.

Con la autorización del Juzgado de Instrucción número 2 de León se procedió a la entrada y registro de su domicilio, donde se incautó la sustancia utilizada, que Natalia compraba por internet, además de numerosas pruebas que la incriminaban en los hechos.

Tras ser detenida y puesta a disposición judicial, la magistrada decretó su ingreso en prisión preventiva, imputada por el envenenamiento con "escopolamina/burundanga" de siete víctimas, dos de ellas intoxicadas en dos ocasiones. Además, todas ellas tuvieron que ser ingresadas en el Centro Hospitalario de León, tres en estado grave.

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