Ángel Gabilondo (PSOE): "Se le puede pedir una abstención a Cs para que no gobierne Vox"

Ángel Gabilondo (San Sebastián, 1949) lidera las encuestas en la Comunidad de Madrid para las elecciones autonómicas del 26 de mayo. Aunque, en un parlamento partido en dos mitades ideológicas y tres fracciones a cada banda, eso no es garantía de nada. El candidato del PSOE fue elegido por aclamación y sin rival en las primarias. Durante estos cuatro años, este catedrático de Metafísica sin carné se ha granjeado la confianza del partido y, sobre todo, la de Pedro Sánchez. Meticuloso en la selección de sus palabras y refractario a la política espectáculo, vende templanza y gestión: la suya (fue jefe de los rectores antes que ministro de Educación) y la del partido, que con 140 años recién cumplidos, recuerda, "solo" le duplica la edad.

Parte como favorito y el último CIS apunta a un gobierno de izquierdas presidido por usted. ¿Cree que podrá repetir los resultados del 28-A?

Las cosas son más complicadas en la Comunidad, donde hay más partidos. Madrid es muy pragmático y elige mucho a las personas. Así lo ha hecho en cada momento y si los ciudadanos han escogido durante 24 años gobiernos conservadores es porque habrán pensado que era lo mejor. Lo que tenemos que hacer nosotros es merecer confianza y creo que ahora, tras ese tiempo, hay necesidad de cambiar. Tenemos que hacerlo bien, hablar con claridad y cercanía y decir lo que pensamos.

¿Y alentará en su campaña el miedo a Vox y a que pueda sumar la derecha, como ha hecho Pedro Sánchez?

El miedo hace crecer lo temido, no hay que espolearlo. No soy partidario de proponer miedos ni de sostener nada sobre ellos. Ahora bien, en derechos y libertades no queremos ningún paso atrás. A mí me gusta vivir en una sociedad diversa, abierta y plural. Es un campo de juego sagrado para la sociedad madrileña, que es muy celosa para defenderlo. Yo no voy a mover ningún miedo, pero si ganan algunas fuerzas, tendrán que sostenerse en quienes sí ponen en riesgo derechos y libertades, la Constitución (porque no creen en las autonomías) o algunas leyes (como las de violencia de género) y, por supuesto, la democracia. No voy a decirles a los ciudadanos que viene el coco porque no son niños, pero deben saber que si ganan unos, tratarán de sumar con esos.

Entonces, ¿se abstendría el PSOE para evitar un pacto de Cs con Vox?

Ahora todos juegan con la hipótesis de que se le puede pedir una abstención al PSOE para que no gobierne Vox, pero yo creo que también se le puede pedir esa abstención a Cs para que no gobierne Vox. Porque lo importante es escuchar a los ciudadanos y ver quién queda primero, quién lidera un proceso de transformación para Madrid. Y yo, en este momento de mi vida, me ofrezco modestamente a eso. Detrás de mí, hay muchos años de compromiso con este país, 140, los del PSOE. El doble que los míos.

¿Errejón sería un buen vicepresidente?

No es que quiera ocultarlo, pero no estoy en eso. Nosotros nos presentamos solos, no vamos en coalición con nadie. Nos llevamos muy bien con mucha gente, pero no somos Podemos, ni Ciudadanos ni Más Madrid. Somos el PSOE y luego los ciudadanos nos dirán con quiénes tendremos que hablar, porque no va a haber mayorías absolutas.

Pero, ¿descarta un gobierno de coalición con Más Madrid?

No estoy en esa tesitura, sino en trabajar con todos sin excluir a nadie. Con ese modo de pensar, el de Errejón, hay muchos aspectos que compartimos como el de emergencia social o las políticas públicas, pero otros no los vemos igual. Y luego hay que hacer equipos solventes para gestionar 20.000 millones de euros de presupuestos y una deuda de 33.000 que, por cierto, ha crecido en más de 8.000 millones esta legislatura. No dudo de que lo que se ha citado es competente, pero no estoy en ese asunto.

¿Qué le parece ver a Ángel Garrido pidiendo el voto para Cs?

Respeto los itinerarios personales, pero, políticamente y, sobre todo, institucionalmente, es un trasiego que genera une percepción no muy buena. Me parece difícil para Cs decir que va a hacer una política de modificación de las que ha hecho Garrido, porque Garrido está con ellos. Dicho de otro modo: traer a Garrido para luchar contra Garrido es una contradicción.

¿Y cree que Cs cambiará de opinión con el PSOE?

Es que todo esto es estrategia, para ver si son los líderes de la derecha y quedan por delante del PP. Es el juego de la oca y yo no estoy en eso. Yo estoy en merecer la confianza de los ciudadanos para liderar un proceso de transformación. Y para eso no necesito excluir, sino sumar a quienes quieran.

¿Cree que hay más extremismos además de Vox?

El extremismo habita en sitios muy extraños, donde menos se lo espera. Hay que combatirlos hasta en uno mismo. Algunas de las propuestas del PP me han parecido extremistas, aunque hablen en nombre de la moderación.

¿Isabel Díaz Ayuso le parece una extremista?

Espero que no, pero las cosas que ha dicho sí lo son. Cuando habla de contar casi al feto para el libro de familia, si no es extremista, sí está muy extremado, toda vez que la persona jurídica se adquiere en el momento del nacimiento. No la quiero descalificar. Ella se ha movido en un contexto de comunicación, de tuits intensos y tiene ese tic –yo tendré los míos– que no es muy fecundo para transformar una sociedad. Si cree que ese es el camino, que siga por ahí. Lo único que digo es que no coloquemos el extremismo solo en los extremos. A veces está en zonas más templadas.

A Errejón se lo llaman.

Es que aquí se llama extremista a todo el mundo. A mí me han llamado independentista y peligroso y lo único que han conseguido es la risión en los entornos en los que yo me muevo. No se trata de poner clichés sino de sacar lo mejor de cada uno, de la gente de bien, que está en todas partes en Madrid.

Eso suena los "españoles de bien" de Mariano Rajoy.

Pero yo no hablo de gente de bien y gente de mal. Estoy diciendo que cada uno saque lo mejor de sí mismo y entonces Madrid irá mejor. Para eso, hay que sumar fuerzas. Yo no excluyo: convoco.

¿Qué propone para el transporte?

Hay tres administraciones y no se debe usar como arma electoral. La movilidad es decisiva en los ciudadanos. El Metro, por ejemplo, es magnífico, del que presumir. Pero tenemos problemas de frecuencias, amianto, aglomeraciones... Nuestro objetivo es un tiempo máximo de espera de tres minutos en horas punta. Empezaremos con 100 nuevos maquinistas y 60 nuevos trenes. Además, es necesario dialogar y acordar con el Ministerio de Fomento un nuevo impulso inversor en Cercanías para acabar con las frecuentes incidencias. También queremos crear un abono social para desempleados o hacerlo gratuito en momentos de alta contaminación.

¿Y sobre fiscalidad?

Madrid es una comunidad con unos resultados macroeconómicos magníficos. Pero también hay desigualdades enormes. Hay diferencias de expectativa de vida de diez años entre barrios, o brechas de rentas per capita como la que hay entre España y Finlandia. Nosotros queremos una sociedad del bienestar y, en Madrid, no está garantizada siendo una comunidad rica. Soy partidario de un pacto fiscal. A los trabajadores no hay que pedirles más esfuerzos, pero tenemos que pensar si se le puede pedir a quienes están en un tramo de renta con ingresos superiores a 150.000 euros, por ejemplo. Mucha gente que está dispuesta a ser solidaria para garantizar los servicios públicos. El problema es que aquí a veces el dinero público se ha utilizado para fines particulares y hay que generar confianza.

¿A qué impuestos se refiere?

Sobre sucesiones y donaciones, por ejemplo, creemos que hay que mantener los actuales beneficios fiscales para las clases medias y estudiar medidas para las grandes fortunas. También, proponemos reducir impuestos a la transmisión de empresas que generen empleo, fomentar la rehabilitación energética de la vivienda habitual, ayudas a la vivienda para jóvenes y familias o deducciones a los arrendadores que alquilen por debajo del precio de mercado. Y bajar las tasas universitarias. Mi compromiso mayor es con la igualdad de oportunidades. En Educación, vamos a incrementar en un 20% el gasto por alumno y, en Sanidad, construir 30 nuevos centros de atención primaria.

Sánchez no ha cambiado el sistema de financiación autonómica, como prometió.

Ni Rajoy en los siete años anteriores. Es necesario uno nuevo. Si tengo la confianza de los ciudadanos, me voy a poner a pelear por ello.

¿No le parece electoralista que Sánchez espere al 26-M para esclarecer sus aliados?

También se puede entender que se está intentando respetar los procesos porque no se quiere meter ruido o convertir la política en puro pactismo, cuando son importantes los programas y el legítimo debate sobre cuál es la persona o el proyecto idóneo en cada municipio y comunidad. Y en segundo lugar, las decisiones influyen en distintas administraciones, por es bueno tener el mapa de todos los resultados.

Y, ¿con quién debe pactar?

Debe incidir en las políticas de justicia social, sin dejar a nadie al margen. Los acuerdos deben ir con quienes busquen eso. Y, con eso, ya he marcado algunos márgenes. Los independentistas, que cuestionan la igualdad territorial, no son nuestros aliados. Como tampoco lo son los que consideran que los asuntos sociales no son fundamentales. Dicho esto, no veo al presidente en la línea de excluir: el único límite son la Constitución y las leyes. Ahora, hay que dejar a la política trabajar.