Anna Ferrer, hija de Paz Padilla, rompe tabúes y no tiene reparos en admitir que va al psicólogo

Es importante que en pleno siglo XXI haya quienes por fin desestigmaticen una profesión como la psicología. Si para ello es necesario las redes sociales, pues miel sobre hojuelas, porque te diriges a los jóvenes, que serán el futuro, y desde su propio medio.

Es el mensaje que ha querido transmitir la influencer y youtuber Anna Ferrer, hija de Paz Padilla, que a través de su Instagram ha hecho acopio de sus fuerzas y ha roto el tabú que por norma se ha asociado a quienes visitan con frecuencia a uno de estos especialistas.

Ferrer, que es muy activa en las redes sociales hasta el punto de haber conseguido recientemente el premio Poder de Género por sus consignas sobre feminismo y body positive (y eso que el apodo que le puso su madre cuando era pequeña fue "chocho pelón"), no ha tenido reparos en compartir con sus seguidores que se cita regularmente con su terapeuta.

"Estoy hiperagotada en un nivel de intensidad que no os lo imagináis. Solo vengo a deciros que hoy, entre las muchas cosas que he hecho, he ido al psicólogo. ¿Y qué? ¡Pues voy al psicólogo! Quería contároslo porque hay que normalizarlo ya que a veces está mal visto", ha contado a sus fans.

"A veces, tengo ansiedad porque vivo en un constante caos y me viene bien para encontrar mi paz", afirma. Esa intensidad puede provenir no solo de su trabajo como influencer, sino de su carrera de Económicas, que está a punto de acabar, sus prácticas en Mediaset, junto a su madre, o del negocio conjunto que han abierto hace poco: No Ni Ná, su propia tienda de ropa en Zahara de los Atunes (Cádiz).

"Ya os lo había dejado caer alguna vez, no voy mucho, de hecho, hacía mucho que no lo hacía. Voy de vez en cuando y me viene genial, porque igual que voy al dentista, voy al psicólogo", reflexionaba Ferrer, de 22 años.

Por último, instaba a sus fans a que se animaran a ir "si lo necesitáis, que os va a venir muy bien", dado que es algo a ella le "gusta mucho". "Es algo muy guay. Y no temáis contadlo, porque no hay que darle más importancia porque no la tiene", finaliza.