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La muerte de Rubalcaba aparca la pelea electoral y une a los partidos

Los reyes, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez y políticos de todas las siglas velan en la capilla ardiente a Alfredo Pérez Rubalcaba.
JP Gandul / EFE

El fallecimiento este viernes del político socialista Alfredo Pérez Rubalcaba ha aparcado por un día la pelea electoral en la que se ha sumido la política española desde hace semanas y ha logrado unir a partidos de distintos polos ideológicos.

Las escenas de confraternización que se han vivido en el Congreso tras la instalación de la capilla ardiente han puesto de manifiesto que más allá de los climas electorales están los sentimientos y el respeto, en este caso hacia una de las figuras más importantes de las últimas décadas, artífice del final de ETA, impulsor de la educación pública, referente del sentido de Estado.

El Congreso ha sido el escenario de la capilla ardiente del dirigente socialista, que se abrió este viernes a las 20.30 horas para las autoridades y que permanece así durante toda la mañana de este sábado, de 9.00 a 14.00 horas, para que acceda el público. Su entierro tendrá lugar este domingo por la tarde en la intimidad por expreso deseo de la familia.

Centenares de ciudadanos han aguardado en silencio la llegada del féretro de Rubalcaba al Congreso y solo lo han roto para aplaudir la aparición del elenco de autoridades que se han apostado en la escalinata de la Puerta de los Leones, acceso principal de la Cámara, para esperar la llegada del coche fúnebre.

Según pasaban los minutos, más ciudadanos han acudido a las inmediaciones del Congreso para esperar el momento en que se abriera la capilla ardiente y poder dar su adiós a quien ha sido ministro, vicepresidente, portavoz parlamentario y líder del PSOE. Han formado una fila que ha llegado a cubrir la manzana entera en la que está ubicada la Cámara Baja.

Conmoción entre los políticos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien desde el jueves había suspendido su agenda, acompañado por la presidenta del Congreso, Ana Pastor, por el del Senado, Pío García-Escudero, por el del Tribunal Constitucional, el del Consejo General del Poder Judicial, por ministros y cargos del PSOE, así como por familiares, encabezó la comitiva de recepción.

Diez policías, nueve hombres y una mujer, han portado el féretro hasta el interior del Congreso, y una vez instalada la capilla ardiente, se han sucedido escenas emocionantes y emocionadas.

La viuda del dirigente socialista, Pilar Goya, allegados y amigos, han visto como las altas instancias del Estado han mostrado su cariño y afecto. Especialmente afectados estaban Jaime Lissavetzky, Javier Solana, José Luis Rodríguez Zapatero (acompañado por su mujer), Trinidad Jiménez o Susana Díaz, quien incluso ha arribado al Congreso en pleno llanto. Lágrimas han caído también de los ojos de Adriana Lastra o de Juan Barranco.

La familia socialista al completo, cargos actuales, cargos del pasado, barones, exbarones, afines y no tan afines, todos, han acompañado a Rubalcaba y a su familia. Del Gobierno no ha faltado nadie.

El impacto por su fallecimiento ha conseguido que se suspenda la campaña del 26-M (menos Vox, que no la ha interrumpido) y ha logrado que representantes de diferentes organizaciones políticas hayan acudido al Congreso para destacar un mensaje común: el sentido de Estado de Rubalcaba.

El líder del PP, Pablo Casado, ha realzado la relevancia para el socialismo y para la política española de quien fuera "muy querido por su partido" y en el Congreso, y ese afecto le hace merecedor de todo respeto, según sus palabras.

Adolfo Suárez Illana ha recordado el papel que Rubalcaba desempeñó en la abdicación del rey Juan Carlos y durante las "exequias" de su padre. Por su parte, el número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha remarcado "la vida dedicada al servicio público" del exministro socialista.

No hablaron, pero con su presencia dejaron claro que comparten el sentimiento predominante: el respeto. El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, asistió, pero no fue el único: Pablo Echenique y Juan Carlos Monedero han expresado sus condolencias, al igual que Alberto Garzón.

El Congreso, una vez más, permitió ver escenas impensables o difíciles, como las fraternales conversaciones entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, quien ha ido al Congreso junto a Soraya Sáenz de Santamaría o exministros como Fátima Báñez o Íñigo Méndez de Vigo.

O el abrazo y el cariño entre Díaz y Sánchez, el otro abrazo entre Sánchez y Casado, el sorprendente saludo entre el presidente y José Antonio Bermúdez de Castro (PP) o el también efusivo de Rafael Hernando a Magdalena Valerio.

Cuando se despejó algo la sala, la capilla se habilitó para el público, para los cientos de ciudadanos que, algunos con rosas en las manos, otros con puño en alto, han dado a Rubalcaba un adiós que seguro que ha escuchado en el lugar en el que ahora se encuentre.

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