Artes

Rosa Montero y Marie Curie, dos mujeres unidas por el duelo y el teatro

La actriz María Luisa Borruel protagoniza el papel de la escritora en la adaptación teatral de 'La ridícula idea de no volver a verte'
FÉLIX MÉNDEZ

"Si a mí me dices qué es este libro yo te diría que es un libro sobre la vida. Sobre la manera de vivirla más felizmente, más plenamente, más serenamente y más libremente. Lo que pasa es que tú no puedes aprender ni aspirar a vivir la vida serenamente si no llegas a cierto acuerdo con la muerte, con la idea de tu propia muerte y la muerte de los demás". Así de rotunda se expresaba hace ahora seis años Rosa Montero para referirse a su libro La ridícula idea de no volver a verte.

El desgarrador y breve diario de Marie Curie (apenas 28 páginas), que ésta escribió durante el año siguiente a la inesperada muerte de su esposo Pierre (que falleció al ser atropellado por un coche de caballos), sirvió a la autora madrileña como punto de partida para este trabajo literario. "Cuando leí esas 28 páginas me estallaron en la cabeza y no solo por la relación con el duelo -Montero había perdido también a su marido cuatro años antes- sino porque me di cuenta que el personaje de Marie podía servirme para hacer rebotar una serie de ideas y reflexiones que estaban dando vueltas en mi cabeza como peces en una pecera".

De esta manera nació un libro necesario que aborda el tema del duelo pero que, a la vez, es una celebración de la vida que nos queda por delante a los que proseguimos el camino. El Premio de la Crítica de Madrid 2014 cobra vida ahora más allá de sus páginas transformado en montaje teatral por obra y gracia de la compañía Arán Dramática. Bajo la dirección de Eugenio Amaya, autor también de la adaptación, y protagonizado por María Luisa Borruel; el montaje se representará durante los meses de junio y julio en el madrileño Teatro Fígaro (los martes 18 y 25 de junio y los lunes 1, 8, 15, 22 y 29 de julio).

En un viaje que oscila entre el pasado y el presente, Borruel renace sobre el escenario convertida en el personaje de La Escritora quien, a su vez, recorre momentos de la existencia de la científica francesa, su sufrimiento y marginación como mujer. "Marie Curie en su época no fue abanderada de ningún movimiento feminista pero con su actitud, su firmeza y su afán de superación es un ejemplo porque peleó muchísimo tanto en su vida profesional como personal, ya tras la muerte de su marido se enamoró de otro físico (Paul Langevin) que además estaba casado. Rosa quería contar esta parte de la historia porque solo conocemos a la científica de renombre pero tuvo que pasar por mucho para llegar a eso", cuenta a 20Minutos la actriz.

Borruel supo de forma instantánea que tenían que llevar a escena esta historia: "Un día, escuchando la radio, entrevistaban a Rosa que hablaba de este libro. Me enganchó desde el primer momento lo que decían de él y fui a comprarlo enseguida. Cuando lo acabé tuve claro que ese era nuestro próximo proyecto". Y con el beneplácito y asesoramiento de Montero se pusieron manos a la obra. "La primera vez que Rosa vio la obra le impresionó mucho, en el escenario reconoció sus propios objetos personales, su mesa, su sillón... Solo nos pidió, por pudor, que cambiásemos el nombre de su marido".

Para la actriz, que asume en este montaje todo el peso del texto, la obra quiere romper una lanza sobre un tema todavía tabú para nuestra sociedad: "Por la muerte pasamos de puntillas, no, ni siquiera pasamos. No pensamos en ella, muy de vez de cuando recordamos que somos mortales. Pero nos lo quitamos de encima enseguida...". Pero ante todo, es una reivindicación "del aprender a convivir con nuestro duelo, de la aceptación de que la muerte también es parte de nuestra vida y de que las personas que se han ido no hay por qué olvidarlas, van contigo el resto de tu vida".

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