Ari Nagel, un estadounidense judío de 43 años donante habitual de semen —conocido en EE UU como el 'Sperminator'—, será padre de su hijo número 50 el próximo mes de julio. Esta vez, tras haber donado su esperma a una joven de 18 años que vive en un albergue social de Harlem, en Nueva York (EE UU).

Nagel ha tenido 15 descendientes desde el último Día del Padre, llegando a la cifra de 48 hijos en total desde que comenzó a donar semen por todo el mundo de forma altruista. Este próximo mes de julio alcanzará los 50 bebés con los dos partos previsto para principios de mes. Uno de ellos será el de Kaienja Garrick, una joven que vivie en un centro de acogida de familias en Easter River, compartiendo baño y cocina con el resto de huéspedes.

"Es un buen albergue. Probablemente, más agradable que mi apartamento", afirmó Nagel al diario New York Post. El donante añadió que desconocía la edad de Garrick cuando esta le contactó el pasado mes de agosto. "Nunca pregunto la edad, solo intento ayudar a quien me lo pide", comentó. "Creo que Garrick es más madura de lo que yo era a su edad después de todo lo que ha tenido que vivir".

La joven futura mamá ha pasado los últimos dos años de su vida sola después de dejar la casa en la que vivía con su madre en el barrio neoyorquino de Queens porque "discutían mucho". Fue entonces cuando Garrick entró en la casa de acogida. El pasado agosto, un mes después de cumplir 18 años, decidió que quería quedarse embarazada. "Sabía que podía hacerlo porque he cuidado de mi hermana pequeña de siete años desde que nació", apuntó.

Garrick tiene pareja desde hace tres años, una chica que vive junto a sus padres en otro albergue social. Juntas se informaron en una clínica para tener familia pero no podían asumir los costes del proceso, por lo que publicaron un anuncia en internet soluicitando "una donación gratuita de esperma" y así fue como dieron con Nagel.

Nagel, de 43 años, separado de su mujer con la que tiene tres hijos, vive en Nueva York, y comenzó su aventura como 'esperminator' (apodo que le han puesto los medios) hace diez años, "por echar una mano a una chica". "Ayudé a dos mujeres de modo casi simultáneo, ambas en Manhattan, una lesbiana afroamericana y una judía ortodoxa que no encontraba pareja. Ahora, los hijos han cumplido diez años, viven a dos manzanas el uno del otro, y son de madres tan diferentes...", relató.

No cobra por sus donaciones y se ajusta a las necesidades de las peticionarias: les hace llegar el semen de manera estéril para su congelación o queda con ellas y se lo da en un vasito para inseminación inmediata o hacen el amor.

"Siempre va pertrechado con un 'kit del esperminator', un test de ovulación, un recipiente esterilizado, su información genética y de enfermedades de transmisión sexual y cuenta espermática, porque está muy solicitado y puede que se lo pidan en cualquier sitio, como le pasó hace dos semanas en el aeropuerto con dos lesbianas. Es muy cumplidor y su sentido del deber es grande", relató recientemente Yair Cymerman, codirector de un documental sobre el Nagel.

Este hijo de familia judía ortodoxa y ex alumno de yeshivá en Brooklyn (casa de estudio judía), ocupa su tiempo en enseñar matemáticas en la Universidad de Nueva York, mantener contacto con sus hijos, telefónicamente o en persona y donar su esperma. "Está convencido de que está haciendo lo correcto", señala Adi Rabinovich, codirectora del film.