María Gracia tiene casi un año. Desde que nació vive en la cárcel de Alcalá de Guadaíra , sólo de mujeres, donde su madre cumple condena.
La niña, de grandes ojos negros, sólo conoce los muros del patio y las rejas de su celda. Hoy domingo es el primer día que sale a la calle.
Marta Campos, una de sus cuidadoras, la ha llevado a jugar con las
Marta tiene 20 años, estudia Magisterio y es la coordinadora de los voluntarios de la ONG Fundación Padre Garralda Horizontes Abiertos que cada domingo se encarga de sacar a la calle a los niños de estas madres presas.
Para esta joven, estos niños son increíbles, los más especiales del mundo. Son sonrientes y agradecidos. No lloran, no se pelean y no se quejan por nada. Ignoran el sentido de la posesión y son muy maduros. Miran todo de manera diferente. Te huelen, te tocan, te buscan con la mirada, te agarran.
Se fijan en todo: un coche, un mayor; pero, sobre todo, en los niños que van con su padre y madre. «Esa unidad les atrae», dice José María, otro voluntario.
El grupo se vuelca. Su compromiso es sagrado. Los domingos, cita con la libertad.
"Rechazan la figura masculina"
Cuando María Gracia, Candela, Susana, Iván o Vanesa ven un juguete, se resignan, ni lo piden. Cuando ven a un hombre, lo rechazan. Se comportan con gran frialdad. En la cárcel no conviven con su padre y la figura masculina no existe porque todo son mujeres. «Cuando me conocen, me pegan», dice José María, de 26 años y opositor.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios