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Cena y discoteca para olvidar el mal momento: así fue el 54º cumpleaños de Terelu Campos

Alejandra Rubio y su madre, Terelu Campos, en la fiesta de 18 cumpleaños de la joven.
GTRES

Un cumpleaños como una fecha salvífica, balsámica. Si además coincide con la vuelta de vacaciones y la necesidad de volver a empezar de nuevo la rutina y el enfrentamiento diario con los problemas de siempre, pues toca renacer.

Y así lo hizo Terelu Campos en la celebración de su cumpleaños este fin de semana, pues aprovechó que cumplía 54 años para expiarse de su mal momento vital con amigos y familiares y la mente en blanco.

Es normal, por otro lado, esta decisión: la hija de María Teresa Campos no gana para disgustos y para rematar la faena ahora está en pie de guerra con todos sus excompañeros de Sálvame, desde Mila Ximénez a Kiko Hernández.

Esa ha sido la puntilla, pero antes, de todo: que si no vende su mansión, lo que le origina enormes problemas económicos; la polémica por la portada, que luego desmintió, sobre que Alejandro Sanz le iba a regalar sus pezones tras su doble masectomía; el extrañísimo robo en casa de su hermana Carmen Borrego; las habladurías que han situado al novio de su madre, Bigote Arrocet, con otra mujer; o su hija, Alejandra Rubio, y la polémica que han causado sus declaraciones sobre que no quiere ni en pintura trabajar en realities.

Es decir, que si había un momento para pasarlo bien, tomarse un respiro, olvidarlo todo por unas horas y no pensar demasiado, ese era este sábado, durante la celebración del aniversario de su nacimiento.

Para empezar, Terelu Campos acudió a un conocido restaurante madrileño, el Raimunda, junto a su hija y sus amistades más cercanas, que, como la presentadora, también colgaron en Instagram el encuentro.

Néstor Barreira, subdirector de programas de actualidad en Telecinco, Aless Gibaja o la pareja formada por el reportero de Sálvame Kike Calleja y Raquel Abad fueron los invitados de una cena que se alargó más tarde en una discoteca.

Es curioso, porque desde el restaurante fueron a uno de los locales de moda de la capital, el Oh My Club Madrid, del que es dueño Kiko Matamoros. Allí estuvieron en la pista bebiendo y disfrutando hasta que llegó la sorpresa al reservado que habían alquilado: una gran tarta de cumpleaños.

Después, suponemos, porque no hay más testimonios, cada cual volvería a su casa y regresarían, como siempre regresa septiembre, los pensamientos en los problemas comunes. Pero ahora mismo Terelu solo piensa en una cosa: que le quiten lo bailao.

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