Sevilla

La movilidad, los manteros y los impuestos, principales lastres del comercio en el centro de Sevilla

Papelería Ferrer, en la calle Sierpes, uno de los comercios tradicionales que sobreviven en el centro.
B. R.

La oferta comercial y de ocio de Sevilla se ampliará el próximo viernes con la apertura del centro comercial Lagoh, en Palmas Altas, un espacio con más de 200 locales, quioscos, terrazas y salas de cine que, con una inversión de más de 240 millones de euros, ha generado hasta la fecha 4.800 contratos directos e indirectos. Aunque no todos los sectores le darán la bienvenida con el mismo entusiasmo.

Los comerciantes de la ciudad auguran "daños irreparables", pero confían en poder ofrecerle a la clientela "algún aliciente diferente" que les permita competir. No es, sin embargo, el único obstáculo al que se enfrenta el sector, que plantea entre sus principales problemas la movilidad, la venta ilegal en la calle y los "elevados impuestos".

La ciudad cuenta con unos 3.000 comercios, de los cuales más del 50% se ubican en el Casco Antiguo, según los datos que maneja la Federación de Comerciantes de Sevilla (Aprocom). La movilidad supone, sobre todo en el entorno urbano, "una gran preocupación", explica a 20minutos Tomás González, presidente de Aprocom, que se muestra convencido de que el ciudadano "es inteligente y si hay un buen transporte público, no utiliza el coche". Y añade: "Sevilla pide a gritos una red completa de metro y una ronda de circunvalación, la SE-40, completa".

En la misma línea se pronuncia también la Federación de Comercio y Servicios del Centro de Sevilla, Al Centro, que destaca la "absoluta prioridad de la línea 2 del metro entre Sevilla Este y Torre Triana". El colectivo reclama también la construcción de nuevos aparcamientos en el entorno del Casco Antiguo, con más plazas y, por tanto, "más económicos".

Otro de los obstáculos a los que tienen que hacer frente los comerciantes son los "manteros ilegales" ubicados en las principales calles comerciales, como Tetuán, Sierpes y Puente y Pellón, en el centro, o en la zona comercial de Nervión. Al Centro exige una "regulación coherente y estéticamente apropiada de los mercadillos ambulantes", mientras que desde Aprocom reclaman "mano dura" con la "venta fraudulenta" para que se les obligue a "cumplir la ley".

136 comercios tradicionales

La fiscalidad tampoco ayuda, especialmente en el Casco Antiguo, afirman. Al Centro pide una "rebaja sustancial de impuesto y tasas municipales" dentro de una campaña de "fomento para la implantación de nuevos negocios, además de "líneas de ayuda y convenios de colaboración con el Ayuntamiento". Regular la carga y descarga, acceso "en tiempo y forma" a la información sobre los planes de movilidad, agilidad en la solicitud de licencias por parte de los veladores y recuperar la "habilitabilidad" de las calles con "sombra y agua" son también algunas de las medidas que reclama la federación.

De vuelta a los centros comerciales, Aprocom lamenta el "daño irreparable" que va a causar la nueva apertura en Palmas Altas, tanto en el centro como en los barrios, que habría que "dinamizar". Y defiende que "la variedad y la selección está en el comercio urbano". No en vano, según explica su presidente, "todos los centros comerciales, de toda España, ofrecen lo mismo", mientras que la oferta del comercio urbano "triplica o cuadriplica" a las de las "moles comerciales".

Especialmente delicada es la situación del comercio tradicional. En el Casco Antiguo, según Al Centro, quedan 136 establecimientos de este tipo, cuyo principal problema es "la falta de relevo generacional" y la "finalización del periodo de prórroga de renta antigua" que afectó a estos comercios. Ninguna de las dos federaciones cuenta con datos concretos de cierre de negocios, pero en Aprocom lo tienen claro: "No hay más que darse una vuelta para ver que la foto es muy diferente", dice Tomás González, que recuerda que en los años 75-80 "solo había dos centros comerciales en la ciudad" y hoy "el 35-40% de los espacios comerciales son grandes cadenas y superficies". ¿La causa? "El pez grande se come al chico", concluye González.

En cifras

  • 15.000 empleos generan aproximadamente los comercios del Casco Antiguo, según Al Centro.
  • 340.000 afiliaciones menos a la Seguridad Social se han registrado en el último año en el sector del comercio en toda España, según Aprocom.
  • 2.000 establecimientos comerciales ha en el centro de la ciudad. "La hostelería está siendo el sector refugio del comercio", explican desde Al Centro, razón por la que cada vez hay más locales dedicados a alimentación, gourmet, bares y restaurantes. Aunque la moda sigue siendo el más habitual.

En primera persona

Cristina Vega lleva al frente de la sombrerería Maquedano, en la calle Sierpes, desde hace 16 años.

Cristina Vega lleva al frente de Maquedano como gerente 16 años. La dueña del establecimiento es su madre. Antes lo fue su bisabuelo, que pasó toda su vida en esta sombrerería ubicada en la calle Sierpes desde 1908 –aunque el comercio, antes en otra ubicación, data de 1896–. Es una de las pocas tiendas tradicionales que quedan en el centro de Sevilla, sobreviviendo "como se puede", cuenta a 20minutos. La clave de su supervivencia radica, fundamentalmente, en dos cuestiones. Una, la especialización, vender "lo que no tienen las franquicias". Y la segunda, que "el local lo tenemos en propiedad, si no habríamos cerrado hace tiempo".

"A veces es complicado", reconoce Cristina, que finalizó Filología Francesa justo cuando la persona que regentaba el comercio se jubiló. Un hombre de confianza, "de toda la vida". Su madre se preguntó entonces qué hacer y ella "levantó la mano" y se ofreció sin dudarlo. "Estoy muy contenta, esto forma parte de mí, es como si fuera una de mis manos", relata. Pero puntualiza:"Te tiene que gustar".

Lamenta que desde las administraciones "normalmente no dan ayudas". Respecto a las anunciadas por el Ayuntamiento, asegura escéptica que no lo creerá "hasta que no lo vea", porque "hasta ahora, lo que parece es que quieren hundir al pequeño comercio".

Un comercio, el suyo, que cuenta entre su clientela con "chavales de 20 años, algunos que vienen porque lo hacía antes su abuelo, y abuelos de toda la vida". Y, como no, turistas. "Muchas veces, son los que nos solucionan la papeleta", dice la gerente de Maquedano que, no obstante, apuesta por un "turismo sostenible" en el centro.

No sabe lo que pasará en un futuro. Ella no tiene hijos, pero sí una sobrina, aún pequeña, en la que deposita sus esperanzas. Lo que sí tiene muy claro Cristina es que no van a dejar el negocio en manos de "alguien de fuera".

loading...