Barcelona

Los abuelos de la bebé arrojada por la ventana dicen que desconocían el embarazo de su hija

La chica juzgada por matar a su hija recién nacida lanzándola por la ventana.
ACN

Los abuelos de la bebé hallada muerta en el patio de luces de un edifico de Barcelona en 2018 han asegurado este martes ante el juez que desconocían el embarazo de su hija pese a convivir con ella porque no demostró ninguna conducta "sospechosa".

La madre de la bebé se enfrenta a una petición fiscal de 24 años de cárcel por haber arrojado presuntamente a la recién nacida tras dar a luz desde la ventana del quinto piso en el que vivía, en junio de 2018.

Durante la segunda sesión del juicio en la Audiencia de Barcelona contra la joven, Berta G., que en el momento de los hechos tenía 19 años, sus padres han asegurado que no presentaba ningún síntoma de embarazo, su conducta no era "extraña o sospechosa" e incluso tenía "pérdidas", argumentos que han sido corroborados por el bisabuelo de la bebé.

Según han explicado, el día de los hechos la enjuiciada se encontraba mal y decidió darse una ducha, pero pocos minutos después escucharon un golpe y, al entrar en el cuarto de baño, la encontraron desmayada en el suelo con "un poco de sangre" entre las piernas.

Tras hacerla reaccionar con colonia y trasladarla a la cama, limpiaron la sangre que había quedado en el lavabo aunque, como ha precisado la abuela, "no había tanta como para haber pasado lo que pasó".

Además, ha afirmado, las ventanas del baño estaban cerradas y tampoco había placenta ni otros restos orgánicos, por lo que, cuando la policía encontró el cadáver de la bebé -ha dicho- "no se me pasó nunca por la cabeza que fuera de mi hija".

Ha admitido que "no se dio cuenta" de que su hija estaba "tan enferma" como para cometer un delito así hasta después de los hechos.

De acuerdo con lo relatado, fue la acusada quien, con posterioridad al hallazgo de la bebé, le mandó un mensaje confesando haber sido ella, lo que la motivó a llamar a los Mossos d'Esquadra antes siquiera de escuchar la versión de su hija.

"Berta solo decía que no sabía nada, que no se acordaba de nada y que tenía mucho miedo", ha apuntado. Los dos abuelos también han negado haber borrado mensajes del teléfono de Berta G., aunque han admitido que al principio ojearon el teléfono porque estaban "desesperados" por la situación.

Los hechos ocurrieron en junio de 2018, cuando una vecina de la finca encontró el cadáver y llamó a emergencias al creer -ha señalado durante el juicio- que era "un muñeco de trapo".

Con todo, tal como han explicado los mossos que actuaron en el caso, la detención de la enjuiciada solo se produjo días después a raíz de la llamada de la abuela de la bebé.

De acuerdo con una de las agentes, Berta G. había colaborado con la policía durante el registro a las viviendas y, al ser detenida, su actitud fue en todo momento de calma y sumisión.

"Lo normal es que estuviera inquieta, pero ella estaba tranquila, como si lo hubiera asumido", ha especificado la mosso antes de explicar que incluso admitió que posiblemente "iría a prisión".

Otros agentes han detallado que la acusada confesó lo sucedido, les dijo que estaba atemorizada por la reacción de sus padres porque la bebé "lloraba" y que "se asustó tanto que la tiró".

Los peritos han indicado que encontraron restos de "mucha sangre", incompatible con la menstruación.

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