Noches frente al Samur Social para pedir asilo: "Si la ley es para todos, por qué duermen estos niños en la calle"

Decenas de personas se reúnen cada noche frente al Samur Social para conseguir asilo.
Decenas de personas se reúnen cada noche frente al Samur Social para conseguir asilo.
JORGE PARÍS
Decenas de personas se reúnen cada noche frente al Samur Social para conseguir asilo.

"Si ley es para todos, por qué tienen que dormir estos niños en la calle", denuncia Sigifredo, uno de los inmigrantes procedentes de Latinoamérica que se reúne cada noche frente a la sede del Samur Social para solicitar un lugar donde dormir. Este hombre, procedente de Colombia, viajó a Barcelona desde su tierra natal con el objetivo de regularizar su situación. Tras 30 días, Sigifredo pernocta frente al Samur y continúa sin tener el permiso de asilo, lo que le impide buscar empleo y tener una vida corriente.

Su rutina actual consiste en acudir al comedor Ave María, en la calle Doctor Cortezo, donde le ofrecen desayuno y comida. Durante el día va a la casa de baños de Embajadores, donde le cobran 50 céntimos por utilizar el aseo, y vuelve al Samur a esperar por la solución que lleva un mes resistiéndose. "Lo único que me han dicho es que tengo que esperar y eso hago", concluye el colombiano.

Mauricio, José y Ronald son tres colombianos que llegaron a las puertas del Samur en la última semana, donde coincidieron con Sigifredo. Los tres decidieron partir sin sus familias con el objetivo de encontrar en España una oportunidad para sacar de la pobreza a sus seres queridos.

Sigifredo, un colombiano que trabajaba como minero en su país y ahora pide asilo en Madrid.
Sigifredo, un colombiano que trabajaba como minero en su país y ahora pide asilo en Madrid.

Sigifredo, un colombiano que trabajaba como minero en su país y ahora pide asilo en Madrid. JORGE PARÍS

Ninguno tiene conocidos o familiares aquí, pero decidieron venir de todos modos por ser un país de habla hispana. "Lo único que queremos es trabajar para tener una vida digna", comenta Mauricio, que lamenta que ninguna ONG haya acudido a orientarlos o a ayudarles a salir de la situación: "Aquí solo vienen periodistas", afirma Mauricio.

Según los testimonios de los refugiados, la única organización que acudió a socorrerles fue Moteros Solidarios en una ocasión, por lo que muchos de los afectados solo han recibido ayuda de los vecinos del barrio de La Latina, que llevan semanas dándoles comida y mantas para hacer más llevadera la espera.

Hugo y su familia llegaron este miércoles a la sede del Samur. Después de pasar dos noches en Madrid, no podían seguir permitiéndose un alojamiento. "En Perú tenía una casa, un trabajo,... somos personas honradas, lo único que quiero es que mis hijos estén seguros", responde. Tras reflexionarlo, esta familia decidió arriesgar todo lo que tenía para intentar conseguir una vida estable en España. "¿Qué hago yo en mi país, con tanta delicuencia y terrorismo?", lamenta Hugo.

Hugo, un peruano que trabajaba de carpintero en su país y ahora pide asilo en Madrid. JORGE PARÍS

Además de la pobreza y miedo que experimentaron muchos de los exiliados, en algunos casos la situación se ha complicado más al llegar a España. Tres de los entrevistados confesaron que perdieron su documentación debido a robos nada más llegar a Madrid. En el caso de Sigifredo, alguién robó su maleta en la estación de Avenida de América, por lo que se quedó sin ropa, sin pasaporte y sin sus solicitudes de asilo y de empleo. "Tuve que venir hasta aquí andando desde la estación, al final tardé casi cuatro horas", confirma.

No todos los asentados frente al Samur son procedentes de Latinoamérica. Entre ellos se encuentra un joven madrileño que lleva seis días acompañando y ayudando a los refugiados. "Cuando vi a los niños durmiendo en la calle decidí quedarme para echar una mano. La lista de espera todavía ronda las 700 solicitudes, por lo que esto puede durar mucho", contesta el joven. Todos confían en que la situación se solucionará pronto, "o al menos eso queremos creer", apunta Sigifredo, que destaca el descenso de las temperaturas en los últimos días, peligroso para los niños que llevan días durmiendo en la calle.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento