Carlinhos Brown: La ciudad a sus pies
NOTICIA
15.07.2005 - 06:01h
El paseo de la Alameda se vestirá el domingo con galas de carnaval para recibir a Carlinhos Brown. Cuatro horas de fiesta en la calle, con genuino sabor brasileño
Cada año, medio mundo mira con envidia a la meca del carnaval, Brasil, que bulle a ritmo de samba en una celebración interminable.
Está claro que ya no es época y que aquí no habrá sugerentes musas bañadas de arco iris, pero que nadie te quite la ilusión y sal a disfrutar del carnaval Movistar.
El rey de la calle
El mentor de la propuesta no es otro que el músico más universal de Salvador de Bahía, Carlinhos Brown. La primera vez que el carnaval salió de su tierra para remover España fue en 2004, cuando consiguió reunir a 400.000 personas en Barcelona con motivo del Fórum.
La tambourada de Carlito Marrón ha agitado ya este año las calles de Bilbao, Barcelona, Madrid y Sevilla. Mañana se despedirá en Valencia, recorriendo durante cuatro horas y con dos carrozas, el paseo de la Alameda.
En buena compañía
No estará solo. Además de la legión de valencianos que bailarán al son de Mariacaipirinha y otros de sus himnos, el músico traerá consigo a Timbalada. Estos 18 músicos se curtieron en las calles de Candeal, donde Carlinhos les convocaba para enseñarles. Sus fiestas se hicieron famosas y ahora son sus compañeros de aventuras.
* Paseo de la Alameda (desde Plaza Zaragoza hasta Viveros). Domingo de 20 h. a 24.30 h. Gratis
Una luz entre las sombras de Candeal
Carlito Marrón, nombre con el que también se le conoce, es un hombre comprometido con su barrio, Candeal, uno de los más pobres de Salvador de Bahía. Allí ha montado una escuela de música para niños y jóvenes, que inspiró la película El milagro de Candeal, de Fernando Trueba. Además, en 2002 recibió un premio de la Unesco en reconocimiento a su afán por mitigar las desigualdades sociales entre los jóvenes.
Que no se te agüe la fiesta
Si quieres disfrutar, lleva calzado deportivo y mejor cerrado: hace calor, pero evitarás que te pisen o te mojen los pies, porque te refrescarán a manguerazos. Y, por supuesto, ten agua siempre a mano para no deshidratarte. Sólo te falta ¡bailar sin parar!