Internet favorece el contacto entre particulares para donar o recibir óvulos

  • La maternidad tardía y la larga espera para tratamientos de fecundación incrementan la demanda de donación de ovocitos.
  • Las receptoras son, cada vez más, mujeres entre 40-45 años, con intentos anteriores para lograr una gestación
Las donaciones de óvulos aumentaron en 2007. (Jorge París).
Las donaciones de óvulos aumentaron en 2007. (Jorge París).
Jorge París
Las donaciones de óvulos aumentaron en 2007. (Jorge París).
"Busco donante de óvulos. Se gratificará". "Estoy interesada. Joven, española, ojos castaños...", se cruzan mensajes en los foros. La "gratificación" se acuerda después. Los contactos entre particulares, para tratamientos de ovodonación en la sanidad pública, se hacen en la Red, donde también se
anuncian clínicas privadas.

La maternidad tardía y la larga espera para tratamientos de fecundación han llevado a un incremento en la demanda de donación de ovocitos, pero no hay un Registro Oficial sobre actividad de los centros ni sobre las donantes, pese a estar contemplado en la Ley de Reproducción Asistida de 2006, y antes en la de 1988.

Y hay límites, como el número de hijos nacidos de una misma donante, un máximo de seis, que se desconoce si se cumplen.

La Ley establece que la donación será anónima y no lucrativa, aunque hay una "compensación económica" por desplazamientos y pérdida de tiempo laboral mientras dura el tratamiento. Suelen ser 900 euros, según recomendación de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, pero el precio, entre particulares, puede subir o bajar según cualidades de la donante.

La Sociedad Española de Fertilidad (SEF), que lleva un registro de técnicas de reproducción de carácter voluntario para los centros, contabilizó en 2004 -últimos datos disponibles- 4.800 tratamientos de donación, lo que representó un 13% de las técnicas de Fecundación in Vitro y un 20% más que el año anterior, y se ha ido incrementando cada año, dijo su presidente, Buenaventura Coroleu.

Mujeres en los cuarenta

Las receptoras son, cada vez más, mujeres entre 40-45 años, con intentos anteriores para lograr una gestación, y para las que la ovodonación, con una tasa de embarazo del 55-58%, "es la última alternativa, por la edad", explica el doctor Coroleu. Y las donantes, mujeres jóvenes, de entre 18 y 35 años, movidas por solidaridad y por la retribución.

Las clínicas privadas, que hacen más del 90% de los tratamientos, con un coste superior a 6.000 euros, captan jóvenes con anuncios en prensa, en la Universidad y paradas de autobús. Pero en algunas hay lista de espera de más de seis meses, dijo a EFE Simón Marina, presidente del comité científico de la Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida (Anacer).

En determinados centros públicos que desarrollan esta técnica, donde el problema es la falta de recursos para la "compensación", se pide a las pacientes que aporten una donante, a quien se realiza un estudio completo.

Luego -explican en el hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares (Madrid)- se organiza una "rueda de ovodonación": las donantes se adjudican a otras receptoras, nunca a la mujer que la ha presentado, con lo que se garantiza la confidencialidad.

1.500 euros

María (pide no ser identificada), casi 40 años, buscaba en la Red una donante para un hospital de la Comunidad de Madrid, donde ella recibirá tratamiento, tras siete años "dejándome el dinero en la privada", según relata a EFE. Entre las respuestas recibidas, ha elegido una joven española a la que pagará 1.500 euros. "Si es extranjera es más barato", reconoce.

"El centro me pide una donante. Yo llevo una, y la Seguridad Social le hace las pruebas", explica. "En teoría no se paga nada, el médico aconseja costear los viajes, las molestias. Y hay gente buena, pero para estas cosas no se ofrecen. Estas personas van a sacar dinero, para el alquiler o para lo que sea. Voy a pagar más de lo recomendado -precisa- porque quiero formalidad, que acuda a todas las citas".

La Ley dice que tiene que haber una compensación, "siempre que no sea un pago" -indica el presidente de la SEF- "pero no especifica quién debe aportarlo, y al centro probablemente le soluciona el problema económico".

No obstante, alerta, "esto puede acabar en una situación de descontrol, que se vayan incrementando las compensaciones, que haya una pugna entre centros para conseguir más donantes"-

Si no se controla, "podría degenerar". "Todo empieza por tener un registro de donantes, a nivel estatal, por el bien de ellas y de los centros".

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