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Los 11 agentes forestales murieron abrasados por una lengua de fuego de 30 metros de altura

Un bombero, trabajando en la extinción del incendio de Guadalajara
EFE

José Luis Samper, el alcalde de la localidad de Riba de Saelices, donde se produjeron las muertes, ha explicado que los fallecidos se vieron sorprendidos mientras descendían por una pista forestal por la subida repentina del fuego, que buscaba oxígeno al agotarse en el interior de los dos barrancos que hay a ambos lados del camino.

Cuando el retén se encontraba en una pequeña explanada, se produjo un "efecto embudo" y las llamas escaparon hacia arriba buscando aire, elevándose a veinte o treinta metros desde el interior de los barrancos.

Los fallecidos, diez hombres y una mujer y con edades comprendidas entre los 24 y los 52 años, formaban parte de un retén de extinción de incendios con base en Cogolludo (Guadalajara) que y algunos pertenecían a la empresa Tragsa, a la que la Junta de Castilla-La Mancha tiene encomendadas las labores de prevención y extinción de incendios en Guadalajara.

Los once eran "trabajadores experimentados" en la extinción de incendios, dos de ellos agentes forestales y los nueve restantes contratados por Tragsa para ese cometido, según ha indicado el presidente del comité de empresa de Tragsa, Isaac Viñas.

Aunque entre los fallecidos hay personas jóvenes, Viñas ha afirmado que la mayoría llevaba siete, ocho y nueve años participando en las campañas de extinción.

Una de las víctimas era Pedro Almansilla, el coordinador del retén. Tenía 53 años, estaba casado y tenía dos hijas. Llevaba 34 años trabajando en la extinción de incencios. Otro de los fallecidos, Alberto Semillán, era funcionario con 12 años de experiencia en este tipo de tareas.

Los cuerpos ya han sido rescatados

Los equipos de rescate ya han recuperado los 11 cadáveres. Los restos mortales han sido trasladados en helicóptero al tanatorio de Guadalajara para su identificación, labor que realizan un grupo de cinco forenses y un equipo de la policía científica de Madrid.

Varios psicólogos se han desplazado al tanatorio para atender a las familias de los muertos. Otra persona resultó herida con cuatro costillas rotas y quemaduras en brazos y piernas. Se trata de Jesús Abad, superviviente del retén atrapado y conductor de uno de los camiones de bomberos. Jesús salvó la vida gracias a que el goteo de agua de una fuga de la bomba del camión le humedeció el cuerpo.

Entre 10.000 y 12.000 hectáreas quemadas

La superficie quemada por el incendio es de entre 10.000 y 12.000 hectáreas de pino forestal, robledales, cereal y pastos, de las que 2.400 hectáreas pertenecen al parque natural del Alto Tajo, según ha informado el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda.

El fuego sigue activo en uno de sus frentes, el que afecta a la zona de Ablanque. Unas 800 personas trabajan en la extinción de las llamas.

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