María Peralta, educadora social y escritora: "Lo que no puede hacer la lectura fácil es infantilizar"

maria peralta
María Peralta en la biblioteca de Canillejas, que acoge los viernes un club de lectura fácil, con un ejemplar de su último libro publicado.
ELENA BUENAVISTA
maria peralta

María Peralta Vidaurreta (Logroño, 1975) es una escritora peculiar. Lo es porque sus novelas están escritas en lectura fácil, siendo accesibles para todos aquellos colectivos a los que leer los textos convencionales les cuesta, desde personas con discapacidad intelectual o que desconocen el idioma a ancianos cuyas capacidades empiezan a decaer o que no tuvieron la oportunidad de asistir a la escuela.

Primero fue Bailar un tango en Madrid (2017, La mar de fácil), ambientada en la crisis económica que sacudió Argentina en 2001, y ahora Colores prohibidos (2019, La mar de fácil), que recoge el periplo vital de una madre senegalesa que da luz a una niña albina, igual que la escritora, y que se embarca en una patera rumbo a una Europa en la que poder sobrevivir. Antes ya había escrito, aunque sin editorial y puesto a disposición de todo el mundo en Internet, Me llamo Mateo (2014), cuyo protagonista es un joven con discapacidad intelectual. Temas siempre sociales, siempre cercanos a personas con especiales dificultades.

"En una cárcel de Argentina les ha gustado mi anterior libro. Tenían los ejemplares fotocopiados y me cuentan que por las ranuras por las que antes se pasaban la droga, ahora se pasan el libro. Por cosas así escribo en lectura fácil, porque llegas a colectivos y personas que no pueden leer de otra manera", explicaba Peralta durante el primer encuentro de clubes de lectura fácil de Madrid celebrado en octubre, pero es inevitable volver a plantear la pregunta.

¿Por qué escribe en lectura fácil?

Me llevó la vida. Cuando hubo que elegir carrera empecé a hacer periodismo porque me gustaba escribir. Hice hasta tercero, pero me faltaba algo, me gustaba algo mas social e hice Educación Social. Como educadora empecé a trabajar con personas con discapacidad intelectual. Buscando por Internet, en 2013 di con la lectura fácil, que en ese momento solo estaba en Cataluña. Hice unos cursos y me dije "esto es maravilloso porque lo conjuga todo, mi parte de educadora social con escribir". Me puse a ello y escribí Me llamo Mateo. Todo esto fue en Logroño. Luego me trasladé a Madrid y pensaba que aquí, en una ciudad tan grande, habría una asociación de lectura fácil para unirme a ella, pero lo que había era otra chica intentando crearla, Manuela Olmedo, así que creamos juntas Lectura Fácil Madrid.

¿A qué se dedican en esa asociación?

A adaptar a la lectura fácil. La principal demanda es adaptar textos legales, divulgativos, material para oposiciones... Cosas menos apetecibles pero que hacen mucha falta. También damos formación. Ahora me dedico por completo a esto.

¿Es más fácil escribir en lectura fácil?

Es difícil escribir en lectura fácil porque tenemos la mente acostumbrada a pensar en difícil. Mi tía al leerme dice "faltan descripciones", pero le faltan a ella, no a mis lectores. A mí me gusta escribir en lectura fácil porque me hace bajar a tierra.

Escribir en lectura fácil no es simplemente escribir sencillo.

Hay dos normativas europeas. Hay que adaptar los textos en forma, lenguaje y contenido.

¿A cuánta gente le puede beneficiar potencialmente?

Un 30% de la población tiene dificultad de comprensión lectora. Parece exagerado, pero si te pones a sumar personas con discapacidad intelectual, personas mayores, extranjeros que no entienden nada cuando llegan y les hacen rellenar todo tipo de papeles, personas con dislexia... Y simplemente personas que no entran en ninguno de estos grupos, como mujeres que han estado toda la vida llevando su casa y llegan a los 65 años llevando toda la vida sin coger un libro. Entre todos ellos hay gente que leerán siempre en lectura fácil y otros que será por un tiempo, que cuando mejoren su dominio de la lectura pasen a otros tipo de libros.

Y cada vez va a haber más personas mayores.

Es muy bueno para ellas, para seguir fomentando sus capacidades cognitivas. Los terapeutas los están metiendo mucho en los programas de memoria, expresión oral y escrita. En su caso me comentan que estos libros les vienen bien hasta para sujetarlos, porque no pesan. Normalmente los libros que no pesan son los de bolsillo, pero tienen la letra muy pequeña.

¿Por qué están tan presentes los clubes de lectura al hablar de lectura fácil?

Por que la lectura se dinamiza muy bien mediante los clubes, que tienen su propia metodología. Aquí no se hace nada en casa, se lee en voz alta el libro para que puedan así participar personas que no saben leer y se hacen actividades en torno al libro, para relacionar la lectura con algo ameno y divertido. Una vez que pierden el miedo, cogen el hábito y pueden leerlo en casa.

¿Diría que hay un pequeño boom inicial ahora respecto a la lectura fácil?

Sí. Llevamos muchos años pero es ahora cuando las entidades y gobiernos están viendo la necesidad de hacer estas adaptaciones. Bastantes partidos quisieron adaptar su programa electoral en las últimas elecciones. Y las personas con discapacidad intelectual cada vez tienen más voz y piden lo que necesitan.

No hace mucho que un gigante como SM también ha empezado a apostar por la lectura fácil.

SM lo ha podido hacer porque tiene la Fundación SM. Que se publiquen títulos de El barco de vapor en lectura fácil es todo un logro. De todas maneras en Infantil hay tanto que se asemeja a lectura fácil que puede casi pasar por ella. El problema es que lo que no puede hacer la lectura fácil es infantilizar. Está muy bien esa colección, pero es para público infantil. Y la mayoría de los lectores de LF son adultos. A un chico de 25 años con discapacidad intelectual no le puedes dar a leer todo el rato Caperucita. Ellos quieren leer libros como Nick de Inma Chacón (La Galera, 2013), que va de amor y redes sociales.

Fundación Once también ha adaptado este año El principito.

Sí de hecho ahora hay dos principitos, ya podían haber escogido otro título. Pero bueno, mejor que sobre. Bailar un tango en Madrid lo pasaron a braille, que es la accesibilidad de la accesibilidad y en La Once también están pasando libros de lectura fácil al formato sonoro, a DAISY.

¿Hay entonces ya un número suficiente de libros adaptados?

No, qué va. Aunque hay un boom partimos casi de la nada. Si hablamos de literatura somos el segundo país con más libros después de Suecia, que es dónde empezó. Cuando yo me inicié en esto había unos 60, ahora ya son más de trescientos títulos. Pero no todos no sirven para toda la gente. Hay libros infantiles, hay clásicos, hay de todo. Imagina que te gusta leer, que quieres leer y solo puedes elegir entre trescientos libros. Hace falta concienciación editorial, pero es que tampoco es una rama editorial que aporte mucho dinero. La editorial La mar de fácil, por ejemplo, que solo publica libros en lectura fácil, es de una chica que tiene otra editorial pedagógica y a esta apenas le puede dedicar un 10% de su tiempo y recursos.

Otra dificultad son los derechos de autor. Los autores no dan su consentimiento porque les parece que guillotinas su obra. Inma Chacón, que sí deja adaptar sus libros, me decía "a mí me gusta y no creo que me vaya a quitar lectores". Lo mismo ha ocurrido con Unamuno. Se hizo hace unos años una adaptación de tres de sus cuentos y tanto la familia, que gestionaba en esos momentos los derechos de autor, como la Casa-Museo Unamuno de la Universidad de Salamanca, apoyaron y dieron todo tipo de facilidades a las dos adaptadoras, pertenecientes a la asociación salmantina ASPRODES. No ocurrió lo mismo con Mary Poppins. Estaba adaptado y hubo que quitarlo porque la familia también tenía una fundación y no quiso. Jordi Sierra y Fabra te deja, los que hay adaptados son fenomenales para trabajar con jóvenes, pero cobra mucho teniendo en cuenta que con esto no hay negocio.

¿Cómo puede acceder la gente interesada a estos libros?

Los títulos están ya en librerías. Puedes ir a pedirlos, pero para eso tienes que saber lo que hay. En Lectura Fácil Madrid estamos encantado de que nos llamen. Les enviamos el catálogo y les recomendamos. Nos hemos leído todo. Pertenecemos a la red de lectura fácil y las compañera de Barcelona tienen todo el catálogo en su web.

Además de en las librerías, ¿dónde deberían estar estos libros?

En los colegios de educación especial, pero cuesta mucho entrar en la educación formal. También en las bibliotecas. En Madrid están haciendo un esfuerzo por formar a sus bibliotecarios. Es muy importante que en las bibliotecas estén todos en una zona específica, bien señalizada. Y que no los pongan en la zona infantil, por favor. Los bibliotecarios que hacen los cursos se lo creen y luego demandan libros de lectura fácil. A mí me encanta dinamizar clubes de lectura fácil en las bibliotecas, pero prefiero formar a los trabajadores.

Melisa Tuya
Redactora jefe de '20minutos'

Soy periodista en '20minutos' y escritora. Coordinadora de 'Capaces' y 'Animaleros'. He ganado el premio Tiflos 2019 de la Once por el reportaje 'La otra vuelta al cole, la de los niños con discapacidad y enfermedades crónicas'; fui ganadora española y finalista europea en 2012 del Health Prize for Journalists de la Comisión Europea; Premio Blasillo al Ingenio en Internet en el Congreso de Periodismo Digital de Huesca en 2008 y Premio Huella de Oro en dos ocasiones al Periodista más comprometido con la protección animal de la Asociación Nacional de Amigos de​ los Animales. Como escritora tengo tres libros publicados: la novela de ciencia ficción Galatea (Lapsus Calami, 2014); el ensayo Tener un hijo con autismo (Plataforma, 2017) y Mastín y la chica del galgo (2019) a beneficio íntegro de la Fundación Amigos del Perro.

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