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Nabil Fekir se escapa de Carlos Henrique Casemiro durante el partido de la jornada 12 de LaLiga.
Nabil Fekir se escapa de Luka Modric durante el partido de la jornada 12 de LaLiga Santander. EFE
 

Las razones de LaLiga Santander más competida

LaLiga Santander está en un puño. Su competitividad, a estas alturas del campeonato, no tiene parangón en ninguna de las otras grandes ligas europeas. Tres puntos separan al líder del séptimo, algo que no ocurría desde la temporada 1998/99 cuando entonces el RCD Mallorca lideraba la clasificación. Además, tan solo cinco puntos distancian al primero del décimo. Las distancias en la Premier League o la Seria A italiana entre los diez primeros ya alcanzan los 18 y los 15 puntos, respectivamente. Hay que remontarse hasta la temporada 2005-2006 para encontrar un precedente similar en la competición doméstica. Entonces, C.A. Osasuna era líder la categoría con 18 puntos y el décimo puesto lo ocupaba el RC Deportivo con 13.

El equilibrio de LaLiga Santander se explica, en lo deportivo, por el salto de calidad de los clubes, casos del Granada CF de Diego Martínez, la Real Sociedad de Imanol Alguacil, el Getafe CF de José Bordalás o el Osasuna de Jagoba Arrasate, que no ponen límites a sus sueños en un inicio de campeonato espectacular. Ser capaces de mirar deportivamente a los ojos a FC Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid, Sevilla FC o Villarreal CF multiplican los alicientes de la competición. Las diferencias tampoco no son amplias en la parte baja de la tabla. 

Ya no es necesario conseguir 100 puntos para ser ganador de LaLiga Santander y hay que buscar las razones, más allá del balón, en la mejora económica de los clubes, lo que redunda en mejores plantillas, mejores entrenadores y, por lo tanto, en un salto de calidad a todos los niveles. La venta centralizada de los derechos televisivos, y su consiguiente reparto, ha permitido a los clubes acceder a un mercado más amplio y a profesionalizar aún más y mejor sus estructuras a la hora de reclutar talento, desde sus canteras hasta los mercados más variopintos. Una mejora también consecuencia del control económico llevado a cabo por LaLiga.

La expansión internacional de LaLiga, aspiracional para todos los futbolistas del mundo, y la adaptación horaria de los partidos a los distintos mercados redundan, además de una gran y necesaria exposición, en un retorno mayor para cada uno de los clubes. El equilibrio es tan notorio que, incluso, en la última convocatoria de la Selección Española, la alineación estaba compuesta por jugadores de once equipos diferentes. La tremenda competitividad solo se puede entender como un signo de la excelente salud del campeonato, lo que garantiza la emoción y el espectáculo para los aficionados.