Albert Rivera ha puesto este lunes fin a su carrera política cuatro días antes de cumplir 40 años. Era un anuncio previsible que se esperaba para la noche del domingo, después de que Ciudadanos, el partido que presidía hasta ayer mismo, sufriera un desplome electoral histórico.

Con la voz rota y conteniendo las lágrimas en varias ocasiones, Rivera ha comenzado haciendo un repaso a su carrera política, que echó a andar hace 13 años al frente de lo que él mismo ha calificado este lunes como "una plataforma en la que nadie confiaba".

Ahora, seis meses después de liderar al partido naranja a su mejor resultado en unas generales -57 diputados-, se ha visto obligado a renunciar a su presidencia y a su acta de diputado tras haber perdido más del 80% de sus escaños y 2,5 millones de votos respecto al 28 de abril.

"Nunca estuve en política atornillado a un escaño", ha declarado Rivera que, interrumpido por los aplausos de los miembros de la cúpula del partido -varios de los cuales se han quedado fuera del Congreso tras los resultados del domingo-, ha asegurado que era el momento "de ceder el testigo y dejar paso a otro diputado que esté al 120%". Ese diputado será Edmundo Bal, miembro del Comité Ejecutivo que se había quedado fuera del hemiciclo.

Cuatro meses hasta el congreso extraordinario

Ciudadanos ha quedado ahora en manos, de manera provisional, del secretario general, José Manuel Villegas, hasta que el Consejo General convoque una gestora que tome el control hasta la celebración de un congreso extraordinario en el que se elija al nuevo líder del partido.

"No puedo asumir ser diputado en un Congreso solo por una nómina"

Ese cónclave, para el que aún no hay fecha, no podrá celebrarse antes de que transcurran cuatro meses de las elecciones, como marcan los estatutos del partido, y tampoco podría tener lugar cuatro meses antes de unos comicios.

Inés Arrimadas, la que fue sucesora de Rivera al frente de Cs en Cataluña cuando este dio el salto a Madrid, encabeza todas las apuestas para tomar ahora el relevo al frente de la presidencia nacional, aunque otros candidatos podrían tratar de disputarle el puesto.

Entre las posibles alternativas a Arrimadas destacan el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, o el jefe de la delegación europea del partido naranja, Luis Garicano, que chocó con Rivera tras el 26 de abril por su negativa a cualquier tipo de negociación con el PSOE, pero que ha enfriado este lunes las expectativas definiendo a Arrimadas como "una candidata excepcional".

"Dejo la vida pública"

Quien no jugará ningún papel en la sucesión, al menos de manera oficial, será el propio Rivera, que ayer también anunció que deja cualquier actividad política.

"Creo que ha llegado el momento de servir a otra gente. De servir a mis padres, a mi hija, a mi pareja"

Rivera ha señalado que tiene "vida después de la política". "Creo que ha llegado el momento de servir a otra gente. De servir a mis padres, que dejen de sufrir lo que han sufrido y que me acompañen. De servir a mi hija, a la que he dedicado menos horas de las que debería y menos fines de semana de los que me tocaban. A mi pareja, que ha estado a mi lado, aguantándolo todo contra viento y marea", ha explicado.

"Dejo la política en coherencia con lo que soy", ha declarado Rivera, que, en sus últimas palabras, ha dejado abierta la puerta a su regreso a la política. "No sé si es un hasta siempre, un hasta luego o un hasta pronto, pero, como me apasiona la libertad, quiero acabar con un: ¡Viva la libertad!".