Nacional

La médico del SAMUR Ligia Palomino, herida en el accidente aéreo, recibe el alta

Ligia Palomino Rivero, la médico del SAMUR herida en el accidente del aeropuerto de Barajas que permanecía desde entonces ingresada en el
Hospital Ramón y Cajal, ha sido dada de alta este sábado.

Con Ligia Palomino, colombiana, de 42 años de edad, son ya tres los heridos del accidente aéreo del vuelo jk5022 los que han recibido el alta médica del total de veinte que ingresaron en seis hospitales madrileños, mientras que dos de ellos han muerto y otros dos han sido trasladados a sendos hospitales de Gran Canaria y de Finlandia.

Ligia es pareja de José Pablo Flores García, conductor del SAMUR de 29 años de edad, que evoluciona favorablemente de sus heridas -fracturas costales y un traumatismo torácico- en una habitación del Hospital de La Paz.

La médico sólo desea ahora recuperar su vida cotidiana en la tranquilidad de su hogar, rodeada de sus seres queridos, y ha rogado a los medios de comunicación que respeten su silencio.

Una carta hecha pública por su familia 

En una carta abierta hecha pública por su familia tras ser dada de alta en el Hospital Ramón y Cajal, Ligia afirma que "gracias a Dios" está viva y ello "entraña una gran responsabilidad como ser humano y como médico", antes de subrayar: "Hoy me voy fuerte, pero pensando en todos aquellos compañeros de viaje a los que no podré abrazar".

En su carta, la superviviente envía "un abrazo solidario a todas aquellas personas que han perdido a sus seres queridos y a los que han sobrevivido", al tiempo que recalca: "en mi corazón siempre estará presente Gema, mi cuñada, un ser entrañable que me dio todo su cariño".

En mi corazón siempre estará presente Gema, mi cuñada, un ser entrañable que me dio todo su cariño"

"Me faltan las palabras para agradecer cada mano que me empujó a la vida: los bomberos que me rescataron, mis queridos compañeros del SAMUR que me trasladaron al hospital y que con cada visita me inyectaban energía", continúa Ligia, y añade: "A todos y cada uno de los miembros del equipo sanitario y los trabajadores del Ramón y Cajal que con una sonrisa y sus cuidados diarios me han arropado...¡No os olvidaré!".

"Quiero recuperar lo antes posible mi vida cotidiana y, según los consejos de los profesionales que me han atendido, sólo lo podré conseguir en la tranquilidad de mi hogar, rodeada de los seres que amo", señala la médico del SAMUR en su carta, antes de advertir: " Por eso, aunque agradezco vuestro apoyo, ruego a los medios de comunicación respetar mi silencio".

Ligia considera la "terrible experiencia" vivida como "una pausa" en su camino y concluye así su mensaje: "Ahora continuaré viviendo y recordando más que nunca un pensamiento de Máximo Gorki, que desde pequeña me enseñaron mis padres: "¡A la vida, a la vida!, para disolver en ella todo lo bueno y humano que hay en nuestros corazones".

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