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Malú, la 'aprendiz' que consiguió amar

La cantante Malú, durante una actuación en 'Operación Triunfo 2018'.
GTRES

Acostumbrada a cantarle al desamor, Malú ha encontrado en Albert Rivera la pieza que siempre buscaba. Una relación que empezó en la clandestinidad y que culminará a mediados del próximo año con el nacimiento de su primer hijo. 

Nadie pensó en este final cuando hace sólo seis meses se anunció que la cantante y el político estaban juntos. Por entonces, a él se le imaginaba feliz junto a Beatriz Tajuelo y ella se recuperaba de una lesión que la obligó a cancelar los conciertos de su última gira. Pero el amor, tan incontrolable como certero, venció a los estereotipos y cambió los destinos de todos los protagonistas. Tanto que también se habla de boda. 

El enlace podría tener lugar durante el primer trimestre del próximo año y la ceremonia sería civil y, como siempre, resguardada del ojo público por expreso deseo de Malú, que en esto sale a su familia paterna. Los De Lucía siempre han sido un clan hermético cuya máxima prioridad ha sido mantener sus asuntos personales al margen de los medios de comunicación. Aunque esta vez al corazón de Malú le tocó ganar, no siempre ha corrido la misma suerte.

De carácter fuerte e indomable, Malú echó el candado a su vida privada cuando los primeros paparazzi asomaron por la esquina. Quiso huir tanto de las miradas indiscretas que acabó siendo bautizada como una de las socialités más antipáticas entre los reporteros asfálticos. 

Esa hiperdiscreción con la que ha afrontado siempre sus asuntos más íntimos despertó teorías sobre sus gustos e inclinaciones que fueron sutilmente aplacadas cuando se oficializó su relación con Gonzalo Miró. Un amor que fue más bien intención y que acabó solo tres años después. Dicen que el periodista puso pies en polvorosa hastiado de ese impetuoso genio que no solo quebró su noviazgo, sino que también se cobró algunas amistades en común.

Tras el adiós de Gonzalo, la rumorología la vinculó a otros rostros conocidos. Amoríos o pasiones nunca confirmadas con imposibles como Pablo Alboran o amigos y compañeros como Pablo López o Alejandro Sanz, su verdadero hacedor en lo artístico. Pero además de en la música, Malú intentó encontrar a su media naranja en el mundo del deporte. Cayó rendida a los encantos galácticos de Sergio Ramos y se dejó querer por el capitán de un conocido club de primera división con el que nunca fue retratada. Mantuvieron citas, encuentros y viajes que pudieron haber derivado en algo más que un pasatiempo.

Hiperbólica en sus canciones, Malú también es intensa y exigente en sus relaciones personales. Son muchos los que le han sacado tarjeta roja después de disputas que no siempre se han resuelto en lo privado. Amaia Montero, ex también de Gonzalo Miró, denunció que la llamó gorda en un tuit escrito con sorna y doblez; y Paz Padilla subrayó su falta de tacto cuando le pidió una fotografía para un familiar.

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