El multitudinario funeral del general iraní Qasem Soleimani se convirtió este martes en tragedia en la ciudad de Kermán, al sur del país, donde una estampida provocó la muerte de al menos 50 personas y dejó centenares de heridos.
El caos y el pánico se desataron por causas todavía desconocidas cuando cientos de miles de iraníes despedían al militar en su ciudad natal, lo que desencadenó auténticas avalanchas humanas que provocaron la muerte por asfixia de decenas de personas, la mayoría pisoteadas en el suelo por la muchedumbre. Entre las víctimas hay niños y ancianos.
La tragedia, que según las autoridades locales pudo ser fruto de la afluencia masiva de ciudadanos al entierro de Soleimani, incrementa aún más el resentimiento de los iraníes hacia Estados Unidos, país responsable del asesinato del general, el pasado viernes, en un ataque aéreo con drones en el aeropuerto de Bagdad.
La estampida mortal obligó a retrasar este martes varias horas el sepelio para asistir a los numerosos heridos y trasladar a las víctimas, pero finalmente el excomandante de la Fuerza Quds (unidad del ejército iraní especializada en operaciones en el extranjero) fue enterrado en el cementerio de Kermán, donde reposan también otras personalidades consideradas mártires por el régimen de los ayatolás.
Durante las exequias, el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salamí, advirtió de que Irán se vengará de forma "dura y decisiva" por el asesinato de Soleimani, mientras que los miles de asistentes, como ya ocurrió el lunes en las calles de Teherán, clamaban venganza y proferían gritos de "muerte a los EE UU" entre insultos contra Donald Trump.
El ejército americano, "fuerza terrorista"
El Parlamento iraní, por su parte, aprobó este martes por unanimidad una moción denominada "dura venganza" que califica al Pentágono y al ejército americano como "fuerzas terroristas", lo que allana el camino a futuras acciones de represalia.
En una entrevista en la CNN, el ministro de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, calificó el asesinato del general como "terrorismo de Estado" y prometió también venganza: "Es un acto de agresión contra Irán y equivale a un ataque armado contra Irán. Responderemos, pero responderemos proporcionalmente". Zarif denunció, además, que EE UU le ha denegado el visado para asistir a una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York.
Más beligerante aún se mostró el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Alí Shamjaní, quien afirmó que Irán baraja "trece escenarios" como posibles represalias.
"El más débil de los trece escenarios es una pesadilla histórica para Estados Unidos. La venganza no incluye solo una operación", dijo. También instó a las tropas americanas a abandonar Oriente Medio, tirando de la retórica más combativa: "Si no salen de nuestra región por su propio pie y en posición vertical, haremos que sus cadáveres salgan en horizontal".
Alerta máxima para los barcos americanos
El Gobierno estadounidense, por su parte, ha elevado el nivel de alerta para todos los barcos que navegan por la zona ante la "posibilidad" de que Irán responda atacando objetivos norteamericanos.
El aviso se extiende al golfo Pérsico, el estrecho de Ormuz, el golfo de Omán, el mar Arábigo, el mar Rojo, el golfo de Adén y el océano Índico. "Se han registrado numerosas amenazas marítimas", declaró la Marina estadounidense.
"No estamos buscando comenzar una guerra con Irán, pero estamos preparados para acabar una", advirtió el secretario norteamericano de Defensa, Mark Esper, que no piensa retirar las tropas de Irak.
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