Salud

Grietas en el pezón durante la lactancia, qué son y cómo tratarlas

Para evitar grietas, el bebé debe tener la boca bien abierta para agarrar también la areola, no solo el pezón.
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Tanto al OMS como las asociaciones de pediatría de todo el mundo coinciden en que la lactancia materna es la mejor forma de alimentar a un bebé, con grandes beneficios a corto como a largo plazo tanto para el niño como para la madre. Sin embargo, muchas veces las dificultades a las que se enfrenta la madre a la hora de lactar terminan por truncar su voluntad de amamantar a su hijo. Una de estas dificultades son las molestias y el dolor al amamantar, muchas veces ocasionado por las grietas en el pezón, unos cortes que se producen en esta zona del pecho y que pueden llegar a ser tan dolorosos que la madre decida dejar la lactancia. 

¿Qué son y por qué se producen?

Las grietas en el pezón son unos cortes que aparecen en esta zona de la mama que pueden tener diferentes formas (estrella, cruz, etc.) y que en ocasiones pueden incluso sangrar o supurar, lo que provoca mucho dolor, sobre todo cuando el bebé mama. Hay bastante consenso en que las grietas en el pezón se producen por un mal agarre o una mala succión del pecho por parte del bebé. 

Por lo general, y tal como señala Carlos González en su libro Un Regalo para toda la vida, es debido a que el bebé "tiene a boca poco abierta, sólo agarra el pezón, está demasiado alejado del pecho. Intenta hacer el vació en vez de mamar con la lengua", lo que provoca que la piel del pezón se dañe, y duela. Si esta posición no se corrige, no sólo no se curará, sino que irá a más. Por eso muy importante que, en cuanto hay dolor o molestias al amamantar, se retire al bebé hasta que se consiga una posición que no duela.

¿Cuál es la forma correcta de amamantar?

Para evitar cualquier molestias o dolor y que no aparezcan las temidas grietas, la postura correcta sería:

1. Acercando mucho al niño e introduciendo bien la areola dentro de la boca del bebé. La lengua debe presionar la areola, no el pezón. Para conseguirlo, su boca debe estar muy abierta y los labios hacia afuera.

2.El cuerpo del bebé y el de la madre deben estar juntos -barriga contra barriga- sin que la madre se incline o esté en tensión.

3.Las mejillas del bebé deben hincharse, no hundirse.

Si no se consigue una correcta posición, lo mejor es recurrir a ayuda profesional, ya sea una matrona o a un grupo de lactancia.

¿Cómo tratar las grietas?

Una vez consigamos que el bebé adopte la postura correcta, las heridas del pezón deberían doler menos y, al no presionar la encía sobre el pezón, la herida empezará a curarse por sí sola en pocos días.

 Aun así, mientras conseguimos la posición correcta, o para acelerar la curación, podemos llevar a cabo algunas recomendaciones de la guía Abordaje de las dificultades más frecuentes en lactancia materna, de la FAME (Federación de Asociaciones de Matronas de España):

• Mantener limpia y seca la herida

Evitar un lavado excesivo del pecho para evitar retirar la protección natural que tienen el pezón y la areola.

• Lavado de manos antes y tras manipular el pecho.

• En caso de sospecha de infección, acudir a un médico para que valore la necesidad de realizar cultivo del exudado de la herida y tratamiento antibiótico tópico.

También puede ayudar evitar la humedad en la zona evitando, por ejemplo, el uso de discos, no llevar sujetadores apretados y dejar el pecho descubierto siempre que se pueda.

Según esta guía, no hay evidencias científicas de que las pomadas a base de lanolina, cicatrizante o la aplicación de la propia leche materna sobre la herida ayuden a su cicatrización.

Lo que no se debe hacer

Una vez que aparezcan las grietas, hay cosas que conviene evitar, como:

•Dejar de dar el pecho, sobre todo de golpe, pues podría provocar una obstrucción mamaria e incluso unas mastitis. Si realmente deseas seguir dando el pecho y las grietas son lo único que te frena, no dejes de hacerlo. En su lugar, puedes ofrecer primero el pecho sin grietas o menos afectado, así succionará menos vigorosamente y menos tiempo del más dañado.

•Usar un sacaleches. Puede ser incluso más doloroso y dañar más el pecho. Puedes sacarte leche de manera manual y ofrecerla con una cucharadita

•Usar pezoneras. Su uso puede aliviar momentáneamente el dolor, pero no ayudará a mejorar el agarre y puede provocar rechazo en el niño, además de reducir la cantidad de leche que mama el bebé. Si se recurre a ellas y se nota alivio, Carlos González aconseja que sea solo durante unos días y hasta que la grieta mejore.

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