Pillan a Can Yaman con su nuevo 'look' y vestido como soldado en la cafetería de la base donde está haciendo la 'mili'
Sin duda alguna, y gracias a sus trabajos en Erkenci Kus ("Pájaro soñador") y Dolunay: Luna llena, el actor turco Can Yaman se ha convertido en toda una estrella internacional. Y más en nuestro país, donde su frondosa barba y cuidada melena (muchas veces recogida en un moño) se han hecho muy célebres entre el público de sus series.
Pero el intérprete, de 30 años, ha tenido que desprenderse de ambas. Lo hizo el pasado 6 de enero, debido a su ingreso durante tres semanas en el ejército para cumplir el servicio militar obligatorio.
Ahora mismo, está destinado en Esmirna, una de las ciudades más importantes de la parte occidental de Turquía, en la zona de la península de Anatolia más cercana al mar Egeo. Es la tercera ciudad más habitada del país. Y que allí esté Yaman no ha pasado desapercibido, a pesar de su nuevo look.
De ahí que se hayan filtrado sus primeras imágenes vestido de soldado (el traje le queda algo ceñido y ajustado debido a su corpulencia), pelo corto, afeitado al ras y en la cafetería de la base militar.
De hecho, en las fotografías, aunque se ve algo apagado y serio, está rodeado de compañeros que ríen y bromean (quizá porque han visto que en España se le compara con su nuevo estilismo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez), así como guardando la cola para recibir la ración que le corresponde.
Nadie duda de que, quizá por su fama, al principio le resulte difícil entablar alguna amistad, pero luego, debido a que son solo 21 días, se soltará como ya hicieran otros actores en su situación, como Aras Bulut İynemli, quien interpretase a Mert en Içerde ("Infiltrado").
De hecho, y conforme a una ley turca recientemente aprobada, todos los varones nacidos antes del 1 de enero de 1994 tienen que pasar el servicio militar de forma obligatoria, mientras que hasta ahora se podía pagar una suma de dinero para evitarla. Hoy en día se admite el pago de alrededor de 2.500 euros para reducirla a tan solo tres semanas, pero no exime de su cumplimiento.