Tarragona

La Generalitat culpa a la petroquímica de Tarragona de no seguir el protocolo de emergencia tras la explosión

Muere el herido crítico en la explosión de la empresa Iqoxe de Tarragona
20M EP

Protecció Civil de la Generalitat catalana ha acusado este miércoles a la empresa de tratamiento de óxido de etileno Iqoxe de La Canonja (Tarragona), en la que se produjo la grave explosión y posterior incendio del pasado martes, de «no dar información y no seguir los protocolos» tras la deflagración que ya ha causado la muerte de tres personas: un trabajador de la planta cuyo cadáver fue recuperado esta tarde, un vecino del barrio de Torreforta de Tarragona y un herido crítico ingresado en el Hospital Vall d’Hebron. También provocó heridas de consideración a siete personas. El fuego se dio por extinguido a las 19.00 horas de esta misma tarde.

El alcalde de La Canonja, Roc Muñoz, tardó más de una hora en recibir el aviso de confinamiento de los vecinos por parte de la Generalitat

El subdirector de Protecció Civil, Sergio Delgado, ha achacado a la petroquímica no haber activado su plan de emergencia interior y no haber avisado al centro de emergencias 112, lo que es fundamental para evaluar el riesgo de generación de una nube tóxica tras el siniestro. La falta de información provocó que no sonaran –justo tras el accidente– las sirenas que avisan a la población de que debe confinarse por riesgo de toxicidad.

Las sirenas no sonaron

Las autoridades decidieron pedir igualmente el confinamiento (aunque sin hacer sonar las sirenas) a pesar de que «no se produjera una nube tóxica sino una explosión de grandes dimensiones», ha explicado Delgado. El alcalde de La Canonja, Roc Muñoz, tardó más de una hora en recibir el aviso de confinamiento de los vecinos por parte de la Generalitat, ha denunciado.

La Conselleria de Empresa de la Generalitat ha puesto en marcha una primera fase de evaluación de esta planta petroquímica para certificar si se siguieron los protocolos de seguridad industrial para estos casos. 

El conseller de Interior, Miquel Buch, ha pedido al Gobierno que agilice las normas para avisar de emergencias como esta directamente a los teléfonos móviles de los ciudadanos.

Desde la propia compañía Iqoxe, su consejero delegado, José Luis Morlanes, ha asegurado que se siguieron los protocolos y que se coordinadon con Bombers y Protecció Civil. «Estamos convencidos de que hemos hecho las cosas bien», ha declarado, aunque la planta abrirá una investigación interna.

Varios sectores sociales se han apresurado a exigir a las administraciones competentes la actualización de los protocolos de emergencia que informan a la ciudadanía de este tipo de sucesos, para que utilicen las nuevas tecnologías. 

La Confederació d’Associacions Veïnals de Catalunya ha demandado además, que se informe a la población de las investigaciones que se abran, y que en caso de demostrarse negligencias se sancione a las empresas y se cese su actividad.

La plataforma vecinal Cel Net se ha manifestado esta tarde ante las oficinas de la Asociación Empresarial Química de Tarragona para denunciar que el martes no se activaran las sirenas que contempla el Plan de Emergencia del Sector Químico de la provincia. Dicha patronal se reunirá con el Govern y agentes de la zona para identificar medidas de mejora en los protocolos. 

Una chapa de hierro de una tonelada de peso que salió disparada tras la explosión en la petroquímica de Tarragona el pasado martes fue la que ocasionó la caída del techo de un bloque. matando a Sergio Millán, vecino del barrio de Torreforta de Tarragona.

La tapa del reactor mató al vecino de Tarragona

La causa de la muerte de Sergio Millán, de 59 años, a quien se le cayó encima el techo de su casa el pasado martes en el barrio de Torreforta, estaría relacionada directamente con la explosión en la petroquímica de Tarragona. Eso, a pesar de que la víctima vivía a tres kilómetros de distancia del polígono petroquímico sur.

Como la «hipótesis más probable» de un suceso «casi inverosímil», reconocía este miércoles el alcalde de la ciudad, Pau Ricomà, se baraja la entrada por una ventana del edificio de viviendas en el que vivía Sergio de una tapa de hierro de una tonelada de peso (parte del reactor que explotó) que salió proyectada en línea recta, y que hizo desplomarse el techo de la vivienda del fallecido. 

La plancha metálica, de 1,22 metros de ancho, 1,65 de largo y tres centímetros de espesor, pudo acceder al interior del bloque por una ventana porque, fruto de la onda expansiva de la deflagración, se rompieron los cristales de la tercera planta del edificio en el que vivía Sergio con su mujer, en el número 7 de la plaza García Lorca de la ciudad de Tarragona.

Era un hombre muy querido en el barrio pues regentó hasta hace cuatro años una conocida frutería. Los Mossos d’Esquadra estaban a la espera ayer de los resultados de la autopsia practicada al vecino para seguir investigando los hechos.

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