Once soldados de EE UU fueron heridos en el ataque iraní a la base militar de Irak

Marines de Estados Unidos en la base aérea de Al Asad, en Irak, en mayo de 2005.
Marines de Estados Unidos en la base aérea de Al Asad, en Irak, en mayo de 2005.
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Marines de Estados Unidos en la base aérea de Al Asad, en Irak, en mayo de 2005.

Once soldados de Estados Unidos resultaron heridos en el bombardeo iraní del 8 de enero contra una base militar de Irak con presencia de tropas del país norteamericano, en represalia por la muerte en un ataque estadounidense del general Qasem Soleimaní, considerado un héroe en Irán. 

Este nuevo dato fue dado a conocer por la coalición militar liderada por Estados Unidos en Irak. 

En un principio, el Pentágono había informado de que el ataque no había causado heridos; pero ahora, después de evaluar otra vez a las víctimas, las autoridades identificaron algunos síntomas de posibles conmociones cerebrales debido a la fuerza del impacto de los misiles. "Aunque ningún militar estadounidense murió durante los ataques del 8 de enero en la base de Ain al Asad, algunos han sido tratados por síntomas de conmociones cerebrales y todavía están siendo evaluados", indicó el portavoz de la coalición militar, Bill Urban, en un comunicado. 

Asimismo, explicó que "por precaución" ocho personas han sido trasladadas al Centro Médico Regional Landstuhl, en el sur de Alemania, mientras que otras tres han sido evacuadas al campamento Arifja, en la capital de Kuwait, para hacerles "un examen de seguimiento". "Cuando se les considere aptos para el servicio, se espera que (...) regresen a Irak tras ser evaluados", agrega el comunicado.

Cuando lanzó su ataque, la República Islámica avisó de que se trataba solo del principio de su venganza por la muerte del general iraní Soleimaní el 3 de enero en un bombardeo con drones perpetrado en Bagdad. En ese momento, Trump optó por no responder a la ofensiva iraní con fuerza militar y, en una discurso a la nación, dijo que impondría más sanciones contra Irán.

Esas sanciones se dirigieron contra ocho altos cargos iraníes, entre ellos el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Ali Shamkhani, así como contra la industria del acero, hierro y cobre del país.

Teherán y Washington, que no tiene relaciones diplomáticas desde 1979, han vivido numerosas crisis desde que Trump ordenara en 2018 la salida de EE UU del acuerdo nuclear de 2015. La escalada de tensión actual es especialmente grave y coincide con el derribo accidental por parte de la República Islámica de un avión ucraniano, que causó la muerte de sus 176 ocupantes.

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