Málaga

El dueño de la finca de Totalán se libra de la cárcel por la muerte del pequeño Julen pero deberá pagar el rescate

Serrano y los padres de Julen, en el juicio.
EFE

Se acabó. Ya se han depurado todas las responsabilidades por la muerte del pequeño Julen, el niño de dos años que murió en el fondo en un profundísimo pozo del pueblo malagueño de Totalán. David Serrano, el dueño de la finca donde se produjo el accidente (que también es la pareja de la prima del padre de Julen) escuchó ayer la que sabía que iba a ser su condena: el pago de una indemnización a los padres de 179.058 € y a la Junta de Andalucía de 663.982 € por los gastos del rescate.

Solo hicieron falta 30 minutos de juicio. En ese tiempo, la defensa de Serrano –único acusado de homicidio imprudente grave–, y la de José y Vicky –los padres de Julen– expusieron al magistrado del Juzgado de lo Penal n.º 9 de Málaga el acuerdo que ambas partes habían alcanzado apenas 24 horas antes. En él, la abogada de los progenitores rebajó la pena que pedían para Serrano de tres años y medio de prisión a tan solo un año. Para ello tuvieron en cuenta dos atenuantes: uno, que Serrano ya había comenzado a reparar los daños con el abono de 25.000 euros a los padres, y otro, que había reconocido, aunque tarde, su responsabilidad.

"No considero que sea usted una persona peligrosa o que vaya a cometer delitos en el futuro", dijo el juez en la sala tras conocer los pormenores del acuerdo. Por eso, "el hecho de que entre en prisión no será preciso para que cambie cualquier tipo de conducta. Así que se va a considerar el beneficio de la suspensión", zanjó, librando oficialmente a Serrano de entrar en la cárcel. En este aspecto influye que no tenía antecedentes penales.

Como Serrano no puede hace frente a estos pagos puesto que no tiene trabajo, de momento irá dando 50 € al mes a los padres. Eso sí, si encontrase empleo, estaría obligado a comunicárselo al juzgado para ajustar este pago a su nuevo nivel de ingresos.

Este fue uno de los requisitos que el juez puso a Serrano para que no entre en la cárcel. Los demás pasan por no cometer delitos en un periodo de dos años, comunicar cualquier cambio de domicilio y comparecer en el juzgado cada seis meses.

Durante la media hora que duró la vista, se dio la oportunidad al acusado de pronunciar algunas palabras. Aprovechó la ocasión para mostrar su arrepentimiento a los progenitores: "Quiero pedir perdón a los padres por el daño ocasionado. Yo en ningún momento quise que al niño le pasara nada".

Cuando salieron de la sala, José dedicó unas palabras a los medios de comunicación allí presentes y confesó que, pese a que haya concluido todo el proceso, el dolor por la pérdida de su hijo sigue ahí: "Satisfecho nunca me voy a quedar".

"He pedido disculpas de corazón. Me he quitado un peso muy grande de encima, aunque siempre lo llevaré a la espalda", expresó Serrano también a la salida de un breve juicio que, sin embargo, pone fin a un intenso año desde que el pequeño Julen, el 13 de enero de 2019, murió en el pozo de Totalán.

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