Córdoba es la provincia andaluza donde es más difícil darse de baja de la Iglesia

  • La Diócesis pide una acta firmada por un sacerdote o un notario que avale la decisión.
  • Aseguran que el objetivo de los prelados es mantener las subvenciones.
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Casi obligados a ser miembros de la Iglesia aunque no se esté de acuerdo con su doctrina: eso es lo que le está pasando a varios cordobeses que han pedido apostatar (darse oficialmente de baja como miembro de la Iglesia Católica, cancelando para ello la partida de bautismo).

En Andalucía, es el Obispado de Córdoba el que más trámites exige a la hora de gestionar dichas bajas, según indica el portavoz de la plataforma Mesa por la Apostasía de Málaga, Salvador Luna, ya que, mientras para el resto de diócesis, basta con rellenar un breve formulario y presentar el DNI, en el caso de la provincia cordobesa la exigencia es mayor.

El escrito pide que se postate con "pleno conocimiento de lo que significa". Así, un escrito del

Obispado de Córdoba, al que ha tenido acceso
20 minutos, exige que para apostatar hay que seguir un conjunto de "normas internas de la iglesia" que exigen una "declaración oficial" en la que se "garantice" que la decisión se hace
"con pleno conocimiento de lo que significa" la apostasía, "especialmente respecto al matrimonio y a las exequias".

Además, la decisión debe estar adoptada "con entera libertad" y realizada "ante quien pueda dar fe pública de ello y testifique la autenticidad de la firma". El escrito exige que esta declaración se haga ante un notario civil o, si se prefiere, ante "cualquiera de los sacerdotes", cuyas direcciones se adjuntan, para que avalen la declaración.

Además, la decisión se hará por escrito y firmada por el interesado, por dos testigos y por el notario o sacerdote participante.

‘Imposible’ apostatar

El portavoz de la plataforma asegura que, así, "es imposible" apostatar porque "incluso piden desplazarse a Córdoba, aunque la persona viva en otra provincia". Asimismo, informa de que una cordobesa lleva desde 2005 intentando darse de baja y aún no lo ha conseguido.

Para él, esto se debe a que el Obispado cordobés "no quiere que nadie abandone" la Iglesia Católica "para no perder las subvenciones" y "ponen todos los impedimentos posibles para que las personas desistan de su intento y sigan manteniendo el número de bautizados".

Por su parte, ninguno de los sacerdotes implicados en las gestiones ha querido hacer declaraciones debido a la carga de trabajo durante el inicio del curso.

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