Salud

Sangrado libre, el método para controlar la menstruación sin compresas, copas o  tampones

Con la práctica del sangrado libre no se necesita ningún sistema para retener el flujo menstrual.
Patricia Moraleda / Pixabay

El sangrado libre o free bleeding, como se conoce al movimiento que promueve una menstruación sin usar compresas ni tampones, no es una moda actual. Surgió en la década de los 70 como protesta a raíz de la aparición de algunos casos de síndrome de shock tóxico, una infección provocada por el uso de tampones y que puede llegar a ser mortal.

Desde hace unos años está resurgiendo con fuerza y se está visibilizando cada vez más. La maratoniana Kiran Gabdhi corriendo mientras sangraba libremente o la ilustradora Rupi Kaur publicando una foto suya con un pantalón manchado son buenos ejemplos que dieron la vuelta al mundo hace pocos años.

Lola Hernández, directora de La Caravana Roja -proyecto que promueve y difunde la cultura menstrual- y psicóloga especialista en salud emocional y ciclo menstrual, nos habla de un movimiento al que se están uniendo cada vez más mujeres alrededor del mundo. 

¿Cómo se practica el sangrado libre?

Al escuchar en qué consiste esta práctica, lo primero que se nos viene a la cabeza es una ropa interior manchada. Sin embargo, Lola Hernández nos explicó que no es así, sino en controlar el flujo menstrual para retenerlo para expulsarlo de forma voluntaria, “el sangrado libre consiste en no utilizar ningún producto de recogida de la sangre menstrual durante la menstruación y requiere escuchar las señales de nuestro cuerpo, ya que cuando la sangre menstrual se expulsa es a través de las contracciones que realiza nuestro útero”.

 Es decir, que necesitamos un poco de práctica o de conocimiento de nuestro propio cuerpo para no tener que cambiarnos de ropa cada hora, “se trata de practicar el estado de escucha y toma de conciencia de nuestro cuerpo para sentir las contracciones que avisan de que va a salir la sangre menstrual. 

Si somos capaces de escucharnos, entonces podremos buscar un lugar para dejar caer la sangre menstrual y así no utilizar ningún producto como compresas, tampones o la copa menstrual”, asegura.

Y, después de años utilizando compresas o tampones y sin poner atención a la salida del flujo menstrual, ¿cómo se consigue? Según Lola Hernández, “practicando con ejercicios de meditación y relajación de útero para entrar en contacto consigo mismas y que disfruten del proceso sin autoexigencia”. Sin embargo, para llevar a cabo esta práctica, se requiere algo más que consciencia, un suelo pélvico fuerte para que, al contraer la vagina, seamos capaces de retener el flujo. Por eso, las mujeres de más edad o que hayan dado a luz hace poco y tengan, como consecuencia, un suelo pélvico más débil, deberían empezar por fortalecer esta zona de la musculatura con los famosos ejercicios de Kegel, hipopresivos, bolas chinas, etc. 

También pueden optar al principio por braguitas destinadas a retener el flujo sin necesidad de compresas, “es un buen accesorio para practicar el sangrado libre. Pero recordemos que el sangrado libre no tiene tanto que ver con llevar o no llevar compresas o tampones, sino con practicar esa capacidad de escucha de nuestro cuerpo en el momento en el que se está produciendo el sangrado”, recuerda. 

También ese recomendable la copa menstrual, al menos para empezar, “es una alternativa ecológica y mucho más saludable. Además, tiene la ventaja de que dura muchos años y que gracias a su uso podemos conocer mejor nuestro patrón de sangrado y entrar en contacto con nuestra sangre menstrual”, aclara. 

Un movimiento reivindicativo, feminista y ecológico

El sangrado libre es, sobre todo, un movimiento reivindicativo con varios objetivos, pero, sobre todo, el de normalizar la menstruación y acabar con los tabús que todavía existen en torno a ella, “nuestras ancestras ya practicaban el sangrado libre, pues no utilizaban nada para retener la menstruación. Es más, la sangre era utilizada para realizar ofrendas a la tierra, ya que había una mayor conexión con la naturaleza. Desde mi punto de vista es importante cuestionar cuándo, cómo y de qué manera asociamos y aprendimos que "mancharnos" la ropa interior de sangre menstrual era un peligro o antihigiénico, porque actualmente, existe mucho tabú acerca de la menstruación y este es un aspecto cultural, ya que aprendimos a sentir rechazo, asco y vergüenza hacia nuestros cuerpos ocasionando un impacto negativo para nuestra salud”, asegura. 

Y es que la salud, tanto de las mujeres como del planeta, es otra de las reivindicaciones de quienes practican el free bleding, “los productos para retener la sangre de la menstruación están compuestos de materiales tóxicos y también tienen consecuencias negativas para nuestra salud, así como un alto impacto medioambiental. Con las compresas y tampones desechables estamos creando muchos residuos, además del coste que supone, pues podríamos decir que son productos de lujo por el precio al que se venden en el mercado”.

Para hablar de este y otros temas, Lola Hernández creó hace unos años La Caravana Roja, lo que ella define como un “movimiento para desmitificar el tabú de la menstruación y difundir la cultura menstrual a través de talleres, charlas y también realizando psicoterapia individual con perspectiva de género para mujeres que sufren dolores menstruales o alteraciones ginecológicas y quieren profundizar en el origen emocional de los síntomas”, nos contó. Lo que empezó como algo local en Murcia, hoy tiene también equipos en Madrid y Granada, y movimiento sigue creciendo.  

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