"Los grandes olvidados". Así define el doctor Luis Madero, jefe del Servicio de Oncohematología del Hospital Niño Jesús, a los niños supervivientes de cáncer. "Una vez que superan la enfermedad desaparecen del foco mediático", asegura el médico, un 'olvido' que estaría afectando cada vez a más pequeños, porque afortunadamente la tasa de supervivencia no ha deja de crecer (en pacientes de 5 años ya es superior al 80% y se sitúa en torno al 75% a partir de los 10), pero que no hay que dejar pasar.
Precisamente para evitarlo, la Comunidad de Madrid puso en marcha hace dos años una unidad de seguimiento específica en el Niño Jesús, que es el tercer hospital que más casos de cáncer infantil trata en España, unos 120 por año.
El doctor Madero ha detallado este miércoles que en sus dos primeros años de vida han trabajado con 439 supervivientes de cáncer infantil, con los que los médicos que trabajan en la unidad han pasado alrededor de un millar de consultas en este tiempo. Dos de ellos, Sergio Palomeque y Carlos Clerencia, de 22 y 19 años, han estado presentes durante la presentación de los datos y han elogiado el servicio prestado. "Creo que la unidad es súper importante porque permite que se reaccione antes con otras personas gracias al análisis de los problemas que yo he tenido", ha opinado Carlos, mientras que Sergio ha referido que su participación ha sido "una experiencia positiva" que servirá a otros niños en el futuro.
Atentamente ha escuchado sus testimonios el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, que ha asegurado que la intención del Gobierno PP-Cs es extender esta unidad a otros hospitales de la región, como el Hospital 12 de Octubre, La Paz o el Gregorio Marañón. "Madrid quiere ser un referente mundial en el abordaje del cáncer", ha asegurado Ruiz Escudero, que ha señalado que el seguimiento posterior a la enfermedad es "importante" para que los jóvenes puedan "alcanzar la normalidad".
De acuerdo con las estadísticas que ha facilitado el doctor Madero, tres de cada cuatro niños que han padecido cáncer infantil desarrollará una enfermedad crónica cuando sea adulto, una dolencia que dependerá del tipo de cáncer que hayan sufrido así como de los tratamientos que se le hayan administrado para combatirlos, quimioterapia o radioterapia, a una edad tan temprana. Además, alrededor del 6% del total de pacientes oncopediátricos están en riesgo de sufrir otro tumor.
Las enfermedades posteriores al cáncer pueden afectar a casi todos los órganos, siendo las relacionadas con el sistema cardiovascular las más frecuentes. También suelen ser comunes las alteraciones tanto en el desarrollo físico como en desarrollo psicológico y cognitivo. La obesidad es otra secuela de los tratamientos contra el cáncer en niños y jóvenes: el 20% de los largos supervivientes de cáncer pediátrico tienen este problema, que a su vez aumenta el riesgo de padecer hipertensión arterial o diabetes, entre otras.
El 85% de los supervivientes tratados en la unidad del Hospital Niño Jesús sufrieron problemas sobreañadidos al cáncer y tuvieron que ser atendidos por otro especialista diferente al oncólogo. De ellos, el 30% tuvo que acudir a dos especialistas diferentes y el 33%, a tres o más.
Cuando un niño que ha superado un cáncer acude a los especialistas de este programa pionero, a lo primero que se le somete es a un estudio para averiguar el riesgo asociado al tratamiento que ha recibido mediante una valoración clínica y analítica y la evaluación de su capacidad física. Después, se realizan estudios genéticos a los niños con factor de riesgo, lo que permite crear una guía de seguimiento adaptada a los supervivientes. Este 'historial' es un documento más que interesante para remitirlo tanto a los médicos de atención primaria que deberán tratar a los niños y jóvenes en su etapa adulta, como a los especialistas que les atiendan.
La puesta en marcha de esta unidad ha permitido, según el doctor Madero, dar mayor visibilidad a estos niños, poner de relieve la necesidad de un seguimiento personalizado y seguir apostando por los estudios de investigación con otras instituciones académicas o científicas, entre otros logros. Con su extensión a otros hospitales madrileños en el futuro, es previsible que los beneficios comprobados del mismo aumenten aún más.
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