Jonas Brothers reavivan el furor adolescente en Madrid 10 años después

  • El grupo estadounidense actuó ante 15.000 personas en el Wizink Center, en la primera parada de su gira en España.
El grupo estadounidense Jonas Brothers, durante su concierto en el Wizink Center de Madrid.
El grupo estadounidense Jonas Brothers, durante su concierto en el Wizink Center de Madrid.
VÍCTOR LERENA / EFE
El grupo estadounidense Jonas Brothers, durante su concierto en el Wizink Center de Madrid.

Una década ha volado entre la visita previa a España de Jonas Brothers, entonces un trío post-adolescente con posibilidades de madurar a un pop consistente, y la de este domingo por la noche, ya en la treintena aunque sin poder desprenderse de su bagaje como revolucionadores de hormonas.

Más de 15.000 personas, casi todas mujeres (el aforo completo según la organización), acudieron a comprobarlo al Wizink Center de Madrid, un día antes de recalar en Barcelona y dentro de una gira alimentada por su vigente sex-appeal, su retorno tras seis años de parón como banda y las buenas críticas de Happiness Begins (2019), su quinto disco, con el que suscribieron la vuelta.

De su mano, Nick, Joe y Kevin Jonas no solo parecían seguir brillando con sus armonías tejidas a nivel cromosómico a lo Bee Gees, sino que despuntaban como trío de pop enérgico y vacilón, entre el chulo de la pista de baile y cierto influjo R&B que hace imposible independizar cadera y hombros de la melodía que toquen en ese momento.

"La felicidad comienza", proclaman en ese título unos Jonas Brothers en principio entregados a proyectar sobre el escenario su reconciliación artística y con la vida en general, aunque ellos no se muestren especialmente risueños durante los 100 minutos de concierto y dos decenas de cortes, con mucho del presente, pero también de su pasado.

Hasta nueve temas de Happiness Begins suenan en directo, intentando sostener la idiosincrasia más adulta de los tres hermanos de Wyckoff (New Jersey, EE UU) reparando tanto en hitos de sus carreras fuera de Jonas Brothers, como Cake By The Ocean de DNCE (que comandó Joe, el mediano), como en trallazos recientes y contagiosos como el zapateado country de What A Man Gotta Do, en ambos casos de lo mejor del show.

Nick Jonas, de Jonas Brothers, durante el concierto del grupò estadounidense en el Wizink Center de Madrid.
Nick Jonas, de Jonas Brothers, durante el concierto en el Wizink Center.
VÍCTOR LERENA / EFE

No ocultan tampoco de dónde vienen estas pretéritas estrellas de The Disney Channel (ahí está ese Gotta Find You de la B.S.O. de la película infantil Camp Rock (2007)) y no dudan en poner en liza como concesión al público sencillos de su primera época, muchos en formato de popurrí, pero también otros como aquel cañonazo power-pop llamado S.O.S., disparado a los pocos minutos de arrancar.

Fue cerca de 25 minutos después de la hora indicada, con unas proyecciones en las que el grupo se teleportaba a un parque de atracciones de su infancia para interpretar Rollercoaster y aparecer acto seguido en carne y hueso suspendidos sobre una pasarela, entre un fragor femenino que se volvió aún más loco con el citado S.O.S..

Kevin Jonas, de Jonas Brothers, durante el concierto del grupo estadounidense en el Wizink Center de Madrid.
Kevin Jonas, de Jonas Brothers, el Wizink Center.
VÍCTOR LERENA / EFE

Con las voces casi ocultas por la mezcla de sonido y el griterío general, no fueron sin embargo los mejores minutos de una actuación que empezó a ir hacia arriba a partir de la sinuosa Only Human, fluyendo el trío por todo el escenario junto a la mayor parte de su banda, que cuenta como curiosidad con dos músicos en la percusión.

Ellos son parte fundamental del brío con el que se desarrolla el show, sustentando además sobre un bonito escenario elíptico de pasarelas entrecruzadas con bordes iluminados, pantallón semicircular y un equipo de luces y sonido apabullante coronándolo todo.

Desde el otro lado, también resulta vital el empuje de un público joven que aquí llegó enganchado al último disco, pero sobre todo al recuerdo de esa primera ebullición adolescente, lo que explica que a menudo los momentos más vívidos fueran los correspondientes a viejos temas de hace diez años como Fly With Me.

Joe Jonas, de Jonas Brothers, durante el concierto del grupo estadounidense en el Wizink Center de Madrid.
Joe Jonas, de Jonas Brothers, durante el concierto del grupo estadounidense en el Wizink Center de Madrid.
VÍCTOR LERENA / EFE

No se hizo esperar mucho el pasaje acústico desde otra plataforma al fondo de la pista, desde donde pudieron introducir novedades en Madrid en el repertorio de la gira como Runaway, en el que fue el gentío el que se ocupó de cantar la parte en español correspondiente a Sebastián Yatra.

Con Jealous Nick volvió a reivindicarse como probablemente el hermano con mayor carisma y talento sobre las tablas de la prole del pastor Jonas, aunque fue un éxito particular de Joe, Cake By The Ocean, el que entre confeti y gigantes hinchables de colores convirtió el Wizink Center en una fiesta.

Hubo algunas curiosidades más en el devenir del concierto, como ese piano efímero que desciende desde los cielos para la balada When You Look Me In The Eyes, el chupito de alcohol a la salud de sus seguidores al final de la bella I Believe o los cañones de fuego en Burnin Up justo antes de la eclosión final con la imprescindible Sucker, convertida en su pasaporte al pop adulto.

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