Tecnología

Dave Jorgenson, el loco y carismático 'hombre TikTok' que ha rejuvenecido la imagen del 'Washington Post'

Dave Jorgenson, el 'hombre TikTok' del Post, en acción
(TikTok)

TikTok es un universo social y lúdico respecto al que permanecen ajenos la mayoría de adultos, y entre los que lo conocen abunda la consideración de no terminar de verle la gracia. Más allá de que a veces parece reflejar el absurdo de estos tiempos, su éxito arrasador entre los más jóvenes evidencia que su dinámica se amolda de lleno a los gustos y las formas de expresión de estos.

Su funcionamiento choca de raíz con el carácter clásico y serio de The Washington Post, si bien la figura viral del carismático e ingenioso Dave Jorgenson ejemplifica que es posible resultar atractivo a nuevos públicos y romper la barrera generacional.

El prestigioso medio estadounidense ha desechado la vía de estar en TikTok solo para imitar retos y juegos populares, y más bien se ha mimetizado con la particularidad de la red social, señal de que ha asimilado su lenguaje. El hombre que materializa la estrategia es Jorgenson, productor de 28 años que coordina e idea los vídeos subidos al perfil oficial, en los que a menudo cuenta con la complicidad de sus compañeros de redacción.

La fórmula funciona si se atiende a las cifras en cuanto al recorrido alcanzado en TikTok: los vídeos comenzaron a publicarse en mayo de 2019 y la cuenta @washingtonpost (con el lema “We are a Newspaper”, “Somos un periódico”) roza los 380.000 seguidores y ha conseguido 19,3 millones de ‘me gusta’.

Las últimas ocurrencias

Una de las últimas ocurrencias de Dave Jorgenson, vista por más de 116.000 personas, ha sido la de hacer una broma durante la larga observación del trabajo de una impresora 3D y ponerse a bailar de espaldas y luego darse la vuelta al ritmo de Bad Boy, una de las canciones de moda en este ámbito. En otra publicación reciente, con casi 218.000 visitas, muestra la cara de pocos amigos de una miembro del equipo cuando le lleva un café descafeinado.

Mediante estos vídeos, enfocados al guiño simpático, The Washington Post se acerca a un perfil de público del que está alejado en origen y ofrece una imagen divertida mientras exhibe el funcionamiento interno y alude al seguimiento de la actualidad, como las publicaciones relativas a los caucus de Iowa o a la mediática final de la Super Bowl.

El juego con el ridículo

A Jorgenson no le ha importado jugar con el ridículo, desinhibición reflejada en los vídeos en los que salió disfrazado de cucaracha, uno de ellos con la excusa de Halloween y en el que el insecto es ‘atacado’ por el perro Maverick. Logró más de 659.000 visitas y 169.000 likes.

Su periplo personal y profesional

Jorgenson, natural de Kansas, siempre se ha caracterizado por la chispa creativa y el golpe humorístico, actitud luego convertida en divertidas vivencias de niñez junto a sus tres hermanas. En su momento fue instructor de un grupo de scouts, etapa que hace pensar en su capacidad para llegar a los jóvenes. 

Estudiante de la Universidad DePauw (Indiana), sus inicios profesionales de Jorgenson, fueron en 2012 en The Colbert Report, un late night de Comedy Central, donde empezó a familiarizarse con la parodia y la política.

De Nueva York se mudó a Los Ángeles, donde pasó una mala época personal y laboral. Se estableció allí con la intención de trabajar como guionista en un programa de televisión nocturno, pero acabó ayudando en un sótano a la empresa que gestionaba las entradas para los conciertos del actor y cantante Jared Leto, periodo en el que también estuvo en un Starbucks.

Antes de entrar en The Washington Post, Jorgenson pasó por el Independent Journal Review, medio digital conservador del que salió en 2017, y no con muy buen recuerdo. Allí también se centró en la realización de vídeos, alguno de ellos con su uniforme de scout.

Y entonces llegó TikTok

TikTok aparecería después de sus Short Takes, donde entrevistaba a niños acerca de noticias de actualidad, y de sus vínculos con el denominado Departamento de Sátira del Post. Tras proponer ideas para la red social, subió un primer vídeo (un perro con un portátil). Le habían pedido que fuera discreto con este debut, no siguió el consejo, y su realidad profesional dio un salto. 

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