Josele Santiago: "Mi padre suele ir a mis conciertos, pero yo creo que es para ligar"
- Acaba de publicar su tercer álbum en solitario, 'Loco encontrao'.
- Pasó 17 años al frente de Los Enemigos, ahora es feliz a su aire.
- "A las grandes discográficas sólo les interesan los números".
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Sí, claro...
Es más energético. Tiene más matices, sutilezas, es más de banda. Las canciones van pidiendo, y ahora pedían esto, o eso creo.
De momento la única oficina que piso es esta -la de su discográfica, El Volcán- y nada. Es otra historia, la de un oficinista que de repente le da el siroco y se pone a escribir poemas como un loco.
Asentándome un poquillo, porque la dinámica de una banda es muy distinta. No hay que hacer asambleas periódicas. En una banda la gente tiene su papel asumido, lo único malo es que se marchan, la gente tiene que comer, tiene familia, etc. Si hay una oferta mejor, se van, y yo haría lo mismo. Pero prefiero mil veces esta dinámica nueva.
Eso ni me lo planteo, yo sólo me planteo hacer canciones y punto. Lo mejor que puedo y ya está. Porque si empiezas a pensar en esas cosas te vuelves majara perdido.
Se utiliza bastante en Castilla y León y tiene dos acepciones. Es como 'escojonao', puedes estarlo de la risa o estar hecho una mierda.
Tú sabrás. Es lo que hay...
Estoy encantado. Además llevaba mucho tiempo detrás de hacerla, es una de mis canciones favoritas de todos los tiempos. Pero no la quería hacer en inglés, y la traducción literal no funcionaba. Quedaba muy cursi eso de 'guardo todo mi amor para ti...'. Así que la gitaneo un poquito, y así sí funciona. Y luego le dimos un punto, no tanguero pero sí arrabalero, con el acordeón. Ha quedado muy maja.
Si está en Madrid siempre va, pero yo creo que es para ligar (risas).
En Madrid hay un bar llamado Los Enemigos enfrente de otro llamado Los Amigos, ¿es todo blanco o negro?
Amigos hay muy pocos, aduladores, que sería el gris, un montón. Y enemigos, afortunadamente, ya no tengo (risas).
El mejor, la primera etapa, que económicamente fue la peor. Y el peor, la última, que económicamente fue la mejor.
No sé, tengo diecisiete discos. Pero a bote pronto se me ocurre
Uno, -señalando al frente- el de la boda de éste... (risas).