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Incesto, eutanasia y epidemias... la no tan antigua Roma de Santiago Posteguillo

El escritor Santiago Posteguillo, apoyado en los restos del Muro de Adriano (Reino Unido)
CARLOS RUÍZ B.K. (CRBK.ES)

Hay mujeres que ejercen con fuerza su poder, personajes que preparan clínicamente su muerte cuando ya no pueden luchar más, médicos que pelean contra epidemias que se propagan a toda velocidad, madres que tienen sexo con sus hijos y líderes que pelean con la mentira y el engaño por el poder… No es una novela ambientada en el 2020 del coronavirus, sino la nueva novela de romanos de Santiago Posteguillo (Valencia, 1967) Y Julia retó a los dioses, donde culmina el relato de la emperatriz romana Julia Domna que inició con Yo, Julia, que le llevó a ganar el premio Planeta. Personaje que vivió, por cierto, entre los siglos II y III d. C.

Este escritor valenciano ha elegido para presentar esta obra el norte de Inglaterra, en los restos de aquella antigua muralla fronteriza romana llamada el Muro de Adriano y que separaba el imperio, de costa a costa durante 117 kilómetros, de lo bárbaro. Con los pies en el suelo enfangado y frente al viento gélido que sopla, Posteguillo parece convertirse en una especie de John Clayton- el anticuario que en el siglo XIX salvaguardó lo que quedaba de este muro- que cambia la muralla por la emperatriz Julia Domna, la criatura literaria que, junto a Trajano y Escipión, le ha traído el éxito.

¿Por qué esta localización para esta novela que salta de un extremo a otro del imperio romano? Explica este profesor de literatura que en esas latitudes transcurre una parte "breve, pero fundamental" de la novela. En febrero de 211 d.C., en plena campaña contra los pueblos al norte del muro, murió en Eboracum (York) el marido de Julia, Septimio Severo -aparentemente de gota; en la novela por causas más oscuras- y de allí volvió la gran protagonista convertida en cabeza de familia, viuda de un dios y madre de dos emperadores, sus hijos Caracalla y Geta. 

Santiago Posteguillo en las ruinas romanas de Vindolanda
CARLOS RUÍZ B.K. (CRBK.ES)

Gran exponente del subgénero de romanos en España, los restos de esa espectacular frontera de piedra, le sirven a Posteguillo para ahondar en las comparaciones de aquellos tiempos con los nuestros. ¿Por eso nos siguen fascinando los romanos? "Es por la mezcla de resultar un pasado reconocible, el sustrato en el que nos reconocemos, y en el que podemos encontrar hechos universales que nos siguen tocando de cerca", explica.  ¿También sobre la inutilidad de las fronteras? "El Muro de Adriano es una buena metáfora sobre lo inútil de los muros y fronteras. Hoy más que nunca", sentencia el escritor en conversación con 20minutos.

Aunque mis novelas hablen de hechos de hace 1.800 años, también hablan de hoy

Defiende Posteguillo que ese momento que narra en este díptico novelesco fue "el último momento de brillantez del imperio romano", encarnada en esta dinastía de los Severos de los que sale erigida como figura clave, Julia Domna. ¿Razones? "Por ejemplo, el decreto de que daba la ciudadanía a todos los habitantes del imperio, que no fue un hecho puramente bondadoso, pero que supuso una gran cesión de derechos que benefició a mucha gente y supuso un gran paso adelante". Lo decretó Caracalla, inspirado por Julia según la novela, y, sin duda, transformó el imperio para siempre. Tras los Severos, vendría la decadencia, "fundamentalmente por la presión demográfica en las fronteras, la mala gestión y la corrupción, las epidemias..." Todo suena.

Y frente a emperadores algo sosos (Septimio Severo, el marido) o algo perturbados (sus hijos Caracalla y Geta), ambiciosos arribistas (Plauciano), silenciosos admiradores (el médico Galeno) o amantes expectantes pero entregados (Mecio), se eleva Julia Domna como una maquiavélica y adelantada heroína capaz de todo. De enfrentarse a hombres, virus y dioses. De encubrir la violación a su propia sobrina o tener sexo con su hijo. "Es más difícil mantenerse en el poder que llegar a él", alega Posteguillo: "Julia se enfrenta a situaciones más oscuras, a decisiones más difíciles,... pero todo lo hace por necesidad o supervivencia, la entendemos. Lo que hace es moralmente cuestionable pero humanamente justificable, además benefició no solo a su familia, sino también al conjunto de la población del imperio". Ante la pregunta de si ese retrato podría no gustar a quienes tomaron a la Julia del primer tomo como un ejemplo de empoderamiento femenino y de rescate de la historia, el escritor responde: "No pienso dejarme influenciar por si a la gente le gusta o le molesta. Mis personajes se oscurecen, y creo que al lector le gusta".

Una de las cosas que se pueden percibir claramente en el perfil de Julia Domna que conforma Posteguillo es la insistencia en que su conocimiento de la Historia la ayuda en su toma de decisiones. ¿Un mensaje para el día de hoy? "Sin duda", replica Posteguillo entre ruinas romanas, "Julia nos manda el mensaje de que las humanidades y la cultura nos ayudan a protegernos de los abusos". Y asegura que "aunque mis novelas hablen de hechos de hace 1.800 años, también hablan de hoy".

El Muro de Adriano es una buena metáfora sobre lo inútil de los muros y fronteras. Hoy más que nunca

Los habituales seguidores de este novelista descubrirán que en esta nueva novela llena de intrigas, luchas de poder, amor y traición hay menos batallas -de hecho, solo una, que enfrenta a las legiones romanas contra el ejército parto-, pero "no menos épica": "Aquí la he buscado en otros elementos, en las confrontaciones entre personajes: Julia contra Plauciano, contra Caronte..." Y hablando de Caronte, uno de los guiños de la obra es la aparición del panteón Olímpico, enfrentado por Julia e interfiriendo en la trama como Homero hiciera ya en La Iliada y La Odisea. "Sigue siendo una novela histórica", afirma, y "el componente mitológico apenas es un 15% del total". Una parte que le sirve a Posteguillo para engrandecer a Julia, después de muerta, dar título al libro y evitar el que iba a ser "el final más trágico de todas mis novelas".

y JULIA RETÓ A LOS DIOSES

  • Si en 'Yo, Julia', los lectores conocieron a Julia Domna, la esposa siria de Septimio Severo, y su sangrienta lucha por llevarle al trono imperial, en esta segunda parte veremos a esta mujer pelear por mantener su dinastía más allá de ella. Complots, rivales, sus propios hijos, el cáncer... El destino y los propios dioses romanos la llevarán a una vida brutal, convulsa, donde tendrá que estar preparada para afrontar lo inesperado.

Así, entre homéricas luchas de dioses olímpicos y 'Juegos de tronos' a la romana, Posteguillo desafía, con una tirada inicial de 150.000 ejemplares, a otros dioses, los del éxito literario, difíciles de superar tras alcanzar el Planeta.  

Santiago Posteguillo, con su última novela, ante el Muro de Adriano
CARLOS RUÍZ B.K. (CRBK.ES)

Cinco preguntas para un novelista

¿Ganar el Planeta tiene algo negativo?

Lo que pueda tener se compensa con lo positivo. Es más cansado, pero es un bendito problema que todos queremos tener.

¿Cuál es ese clásico que todo el mundo admira y usted no soporta?

El Ulises de Joyce: merece estar en el canon literario porque es un gran experimento narrativo, pero es un peñazo infumable.

¿Qué novela mala le fascina?

Me cuesta decir una, las malas no las termino, ¿para qué?

¿Tiene alguna manía como escritor?

Escribo el final de mis novelas antes que el principio.

Si no escribiera de romanos, lo haría de...

Thriller, que tengo algunas ideas, o fantasía al estilo de Tolkien o Juego de Tronos.

Portadista y Redactor '20minutos'

Soy periodista en 20minutos y escritor. Además de mi trabajo en la sección de Última Hora, en este periódico llevo también el blog de narrativas históricas XX Siglos, por el que resulté merecedor del galardón honorífico de los X premios de Literatura Histórica Hislibris (2020). Soy jurado del premio de novela histórica Ciudad de Úbeda desde 2016. He publicado dos novelas: 'El contratista' (Roca Editorial) y 'Los últimos días del imperio celeste' (Roca Editorial).

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