La crisis provocada por la pandemia del coronavirus está afectando a todo el mundo casi por igual. También al sector audiovisual, en general, y a los programas de televisión, en particular.

Si este lunes se conocía la cancelación de Operación Triunfo, ahora la mirada está puesta en el otro programa de telerrealidad que actualmente está en antena, Supervivientes.

El Gobierno de Honduras ha decretado un periodo de cuarentena a nivel nacional que incluye el cierre de fronteras -a excepción de la entrada de ciudadanos hondureños- y el veto del uso del transporte público, en un intento por contener la expansión del COVID-19, del que se han detectado seis casos.

Un responsable del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), Francis Contreras, anunció las nuevas medidas, que se suman a las ya adoptada la semana pasada y que incluían, por ejemplo, vetos a los viajes desde Europa.

Así, los aeropuertos están limitados (en el mejor de los casos), porque la premisa inicial es que nadie salga y nadie entre a Honduras, algo que afecta de lleno al equipo del reality de Mediaset. 

Por el momento, la única que habría podido volver a tiempo ha sido Beatriz Retamal, la primera expulsada, pero no parece que vaya a correr la misma suerte Alejandro Reyes, el hijo de Ivonne Reyes y Pepe Navarro.

Un hecho que pone de manifiesto que el reality corre serio peligro porque las medidas no parece que vayan a ir a menos, sino todo lo contrario, por lo que se plantean muchas dudas respecto al devenir del programa e incluso su mecánica.

Por su parte, desde el programa aún no se les ha comunicado a los concursantes cuál es las verdaderas consecuencias de a la crisis del COVID-19, pero no se espera que esta situación se alargue mucho más.