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El duelo de quienes han perdido a alguien en plena lucha contra el coronavirus: "Estuvimos meditando y recordándole"

Imagen del cementerio de La Almudena, en Madrid.
Jorge Paris

"Sabes que es un proceso que no vas a poder vivir nunca, no te vas a poder despedir", confiesa Jose Luis, familiar de una mujer fallecida por coronavirus en plena cuarentena y de quien no pudo despedirse. El virus está azotando duramente a nuestra sociedad, que se enfrenta a una situación sin precedentes en la que el día a día, tal y como lo conocíamos, se ha paralizado por completo. Pero la parte más cruel de la pandemia es, sin duda, la pérdida a la que tienen que enfrentarse aquellos a quienes el virus les ha a arrebatado a un ser querido.

En España, uno de los países más castigados por el COVID-19, los fallecidos han rebasado ya los 9.000, según los últimos datos de Sanidad. Al dolor de sufrir el fallecimiento de un familiar o un amigo, se le añade la imposibilidad de despedirse en circunstancias que limitan el contacto físico y los ritos de despedida.

El Ministerio de Sanidad anunciaba este lunes la prohibición de velatorios de todo tipo y cultos religiosos o ceremonias civiles fúnebres mientras dure el estado de alarma. Además, se ha limitado a un máximo de tres personas la presencia en entierros o cremaciones para limitar el contagio del coronavirus. Esta medida, "está resultando especialmente dramática en el caso de los enfermos de COVID-19 que fallecen después de haber estado aislados y sobre los que existe una prohibición expresa a sus familiares de acariciarlos, abrazarlos o tocarlos para despedirse", apuntan en un comunicado los psicólogos de la Fundación Mario Losantos del Campo (FMLC).

"Todo aquel que pierda a un ser querido en estos momentos se enfrentará a un duelo solo", señala la psicóloga Sara Losantos, responsable del Área de Psicología de Duelo de la FMLC, pero añade que "atravesar el proceso de duelo es casi una necesidad fisiológica. Estamos biológicamente diseñados para superar el duelo". No obstante, esa soledad supone una dificultad añadida; pues, según indica la psicóloga, "no vamos a tener ese efecto de ‘distracción’ que hemos podido mantener en otros momentos y que nos permite un descanso temporal del proceso de duelo".

"Es un momento duro", confiesa José Luis Pérez, familiar de una mujer fallecida por coronavirus. "Sabes que es un proceso que no vas a poder vivir nunca, no te vas a poder despedir", asume. La situación que han tenido que atravesar José Luis y sus familiares ha sido especialmente difícil. La tía de su mujer falleció el 25 de marzo y él se encargó de todos los trámites pertinentes con la compañía de seguros de deceso Santalucía y con la funeraria.

"Me dijeron que me habían llamado para decirme que ya la habían enterrado"

Tras días de llamadas en las que apenas se le proporcionó información, finalmente Pérez exigió que aligerasen el proceso, a lo que le respondieron asegurándole que "había muchos fallecimientos y que no me podían dar una fecha de entierro todavía". El domingo por la mañana, José Luis se despertaba con una llamada perdida. "Me dijeron que me habían llamado para decirme que el entierro se iba a producir a las 10.00 horas y que ya la habían enterrado. Ya la habían metido en el nicho", cuenta el madrileño, explicando la sorpresa con la que recibió la noticia y el enfado de los familiares que incluso acudieron al juzgado de guardia. Ahora, con un sentimiento de impotencia "por no poder hacer nada", ni siquiera saben dónde enterraron a su familiar, al que no pudieron velar.

Un proceso transformado por la cuarentena

Desde la Fundación, indican que esta cuarentena "ha transformado el modo que tenemos de atender el duelo", ya que se ha vetado el contacto físico y las muestras de afecto “tan necesarias en estas circunstancias”. No obstante, Losantos asegura que, si bien el contacto físico es un modulador del estado de ánimo y nos hace sentir reconfortados y protegidos, "ni funciona para todo el mundo, ni es el único modulador". La psicóloga incide en la necesidad de "evitar torturarnos con lo que no podemos tener y que pongamos la mirada en lo que sí". Así, destaca alternativas que pueden atenuar ese dolor, como aumentar la frecuencia y la intensidad de los mensajes de apoyo y cariño virtuales, de manera que “alcancen el corazón del destinatario”.

"No podemos tener contacto físico, pero podemos mantener contacto virtual, telefónico o a través de redes sociales"

En FMLC insisten en la utilidad que pueden tener herramientas, como Twitter, Facebook, Instagram o WhatsApp para enviar ánimos, condolencias o afecto. "No podemos tener contacto físico con nuestros seres queridos, pero podemos mantener contacto virtual, telefónico o a través de las redes sociales", señalan, añadiendo que "actualmente estamos siendo testigos de cómo en las redes se están creando lazos entre gente que no se conoce y aun así se envía muestras de apoyo". 

Pedro Bruguera también está atravesando momentos difíciles tras la pérdida de su padre, pero asegura sentirse muy arropado porque "en las redes sociales he recibido mucho apoyo de todos mis compañeros y amigos". En casa, decidieron despedirse de su padre de una manera mucho más íntima. Tanto él como su mujer y sus dos hijos decidieron retirarse un día en una habitación "y estuvimos meditando, recordándole y pensando en él", cuenta, confesando que, aunque fue una jornada de llantos "nos sirvió para sacar mucho fuera".

"Esa libertad, que nos pertenece, ahora mismo no la tenemos"

Su madre sigue en la residencia en la que llevaba años viviendo con el hombre con el que compartió vida durante casi 80 años. "Ella está continuamente preguntando por mi padre", explica Bruguera, contando que su madre padece Alzheimer, por lo que no se han atrevido todavía a comunicarle la triste noticia, ya que "tendría que recordarle todos los días un tema muy doloroso".

"Se mueren solos", lamenta Purificación Pérez, cuya madre está en una residencia y tiene miedo de verse en la misma situación que un conocido que "dejó a su padre en Urgencias y le llamaron días después comunicándole que había fallecido. A los días te devuelven unas cenizas… creo que falta mucha sensibilidad y nuestras almas no están preparadas para esto. Porque tú necesitas velarlo, o quizás no. Pero necesitas saber y tomar tus propias decisiones. Esa libertad, que nos pertenece, ahora mismo no la tenemos".

"La desidia y la dejadez" de las residencias

Residencia de mayores La Abubilla de Yéqueda, este lunes cerca de Huesca.
EFE/Susanna Sáez

Purificación y sus familiares están siendo testigos de la criticada gestión que se está haciendo en muchas residencias con el coronavirus, los lugares en los que la muerte por coronavirus más está mordiendo. Tras perder a la madre de su marido, confiesa estar muy preocupada por la falta de información que reciben desde el centro en el que reside su madre, ya que las únicas noticias que logran obtener acerca de su estado es a través de una limpiadora que, en solidaridad con los familiares, les informa por teléfono cada día. Pérez denuncia "la desidia y la dejadez" de las administraciones, ya que, según dice, ni siquiera le responden las llamadas.

"Sabemos que hay por lo menos 23 familiares muertos por 'insuficiencia respiratoria", afirma Purifiación, denunciando que "como no se les hace test, no lo llaman coronavirus". La incertidumbre de no saber si están infectados les impide poder llevárselos a casa, pues no disponen de atención médica domiciliaria. "A mi no me importan los costes, me da igual. Yo quiero saber si mi madre no está contaminada y traerla a casa", declara.

"Yo estoy seguro de que hay más gente contagiada, pero no les hacen la prueba"

El caso de Pedro Bruguera es parecido. Su padre falleció en la residencia Maravillas de Madrid, desde donde insistieron en asegurar desde el principio que no tenían ningún caso positivo de coronavirus "aunque la mayoría de los residentes tenían síntomas", asegura Bruguera.

Tras el fallecimiento de su padre, Pedro pidió a la residencia que rectificaran y empezaran a considerar si los que se habían muerto por insuficiencia respiratoria albergaban el virus. "Yo estoy seguro de que hay más gente contagiada", asevera. Actualmente, solo han admitido un caso tras el fallecimiento de una mujer, pero tanto Pedro como otros familiares de residentes siguen luchando por que se les haga los test para verificar los casos positivos. Según cuenta, el gerente les dijo que "tenían varios posibles casos y que, desde primeros de marzo, les habían prohibido derivar a hospitales", explica.

Un duelo arropado por la sociedad

recomendaciones de sara losantos para superar el duelo:

  • 1. No forzar el proceso. Respetar lo que cada uno siente en cada momento sin ponerse normas ni fijarse metas.
  • 2. Ser compasivo con uno mismo. No es momento de exigirse ni de esforzarse.
  • 3. Cuidar los aspectos más físicos, como el sueño la higiene y la alimentación. 
  • 4. Permitir la emoción, porque nos regula fisiológicamente. Es normal sentir dolor ante la pérdida, lo raro sería no sentirlo.
  • 5. Pedir lo que necesitemos.
  • 6. Mantener la esperanza.

Otra dificultad a la que pueden enfrentarse quienes lloran la pérdida de un ser querido en tiempos de coronavirus, son las circunstancias excepcionales que han hecho que miles de personas estén en la misma situación. "Puede suceder que el hecho de que sea una entre miles haga que se diluya la importancia de esa muerte, al menos socialmente", dice la responsable del Área de Psicología de la Fundación. Aún así, asegura que ella se inclina más en "pensar que ese hecho hace que la sociedad entera se vuelque, porque todos estamos de algún modo conmovidos e impactados por estas pérdidas".

En Madrid, el Colegio Oficial de la Psicología ha ofrecido un programa de intervención psicológica y de acompañamiento en duelo de forma telemática, llevado a cabo por más de 1.500 profesionales para ayudar a las familias de las personas que han fallecido por causa de la pandemia. 

Redactora '20minutos'

Como redactora de Sociedad, sigo de cerca las informaciones de Igualdad, Educación, Sanidad y Derechos Sociales en la sección de Nacional de 20minutos desde 2021. Antes, me curtí durante dos años en la sección de Última Hora y Cierre. Me crié en Barcelona, pasé por Teruel, aunque Madrid es mi casa desde 2013, donde me gradué en Periodismo en la Complutense. Algo melómana y muy feminista, también cuento las historias de quienes tienen menos voz.

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