Levadura fresca, seca o nutricional: ¿para qué se usa cada una?
La levadura está compuesta por hongos microscópicos que producen enzimas capaces de provocar la aparición de gases y que se produzca la fermentación para que nuestros alimentos crezcan y se vuelvan esponjosos.
La mayoría de los usos de la levadura se dan en la repostería, para recetas de bizcochos o postres, pero también se puede utilizar para otro tipo de alimentos en general. Actualmente se comercializa bajo diferentes formas y sus técnicas para producirla han evolucionado de forma constante.
En este sentido, puede que te preguntes qué levadura es adecuada, dependiendo de su uso, y qué tipos hay.
Levadura fresca
Este tipo de levadura, también denominada levadura prensada, la puedes encontrar en cualquier supermercado y se denomina fresca porque necesita estar en un espacio fresco y refrigerado (como la nevera) para su conservación.
La levadura fresca es muy recomendable para la preparación de recetas con algún tipo de masa como el pan o las pizzas, ya que aporta consistencia y se puede mezclar de forma fácil y sencilla. Mejora las texturas y le otorga un sabor especial a la masa.
Levadura seca en polvo
La principal ventaja de este tipo de levadura con respecto a la fresca es la conservación, ya que la levadura seca en polvo tiene una fecha de caducidad más larga. Podrás encontrarla en supermercados en sobres herméticos y es importante, una vez abierta, volverla a cerrar para que no entre humedad.
Se puede añadir directamente a la harina del pan sin necesidad de disolverla en agua, como ocurre con la fresca, y no hace falta conservarla a temperaturas frías. No obstante, no aporta sabor a nuestros platos, aunque si esponjosidad.
Este tipo de levadura se suele utilizar para recetas de masa dulce como bizcochos y también para la preparación de empanadas o tartaletas.
Levadura nutricional
Este tipo de levadura es muy utilizada por personas vegetarianas o veganas para la elaboración de sus platos. Se trata de un microorganismo unicelular que se alimenta de azúcares y produce vitaminas y aminoácidos. Por tanto, se utiliza como un "superalimento" o alimento enriquecedor en muchas recetas.
Puedes comprar este tipo de levadura en tiendas ecológicas e incluso en algunos supermercados y puedes elaborar productos como quesos veganos (ya que su sabor y textura son similares al queso), mayonesa vegetal o para tus cremas, pastas e incluso postres.