La pandemia del coronavirus no sólo evoluciona en cuanto a cifras de afectados, fallecidos y recuperados. También lo hace en el plano político. Hace cuatro domingos, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez,  reunió por primera vez a distancia a todos los presidentes autónómicos -incluidos los de Cataluña y País Vasco que suelen desdeñar este órgano- en una Conferencia de Presidentes  que hizo pleno dada la gravedad de la situación. Conforme pasaron los domigos, a ellos les anunció formalmente que iba a declarar el estado de alarma y se resistió a un cierre total, que llegaría dos semanas después. A una cita semanal, un mes después y tras pasar por discusiones sobre cómo cerrar los territorios para evitar la expansión del virus, pelear por la carestía de material sanitario, explorar el traslado de pacientes de unas comunidades a otras o incluso aislar a personas asintómáticas, los presidentes empiezan ya, como el resto de la población, a pensar en la siguiente fase, en cuándo y cómo llevar a cabo el desconfinamiento y si el proceso tiene que ser diferente según la incidencia del virus en los distintos territorios.

En realidad, a Sánchez ya se le planteó la cuestión en la reunión del domingo pasado y dijo que la estudiaría. Entonces, la presidenta balear, Francina Armengol, le trasladó la posibilidad de unos territorios pidieran tener un ritmo más rápido hacia la normalidad. En el otro extremo, la Comunidad de Madrid, una de las más afectadas, también espera “concreción” por parte del Gobierno central sobre cómo se va a proceder.

“Lo que necesitamos del Gobierno es una concreción de los pasos a seguir”, decía este sábado la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, sobre la realización de test, la vuelta de las actividades no esenciales el lunes y las medidas de confinamiento.

Islas y la España vacía

A Baleares también se suma Canarias en la posibilidad de explorar una apertura asimétrica, que no tendría que hacerse por comunidades, sino por lugares con menos incidencia del Covid. En su caso concreto porque en los dos archipiélagos hay islas sin casos o con números muy reducidos -ninguno en la isla de la Graciosa, “muy pocos” en Formentera, 3 en el Hierro y en la Gomera...-.

Los dos tienen además la experiencia que les dio la fase de cierre, que les dice que tan fácil fue aislarse, cuando bastó con cerrar puertos y aeropuertos, como podría ser ir retomando la normalidad, algo que reconocen más complicado en otras comunidades poco afectadas por el coronavirus como Murcia, Extremadura o Asturias, donde es mucho más difícil evitar el contacto con zonas colindantes donde la incidencia del Covid-19 es mayor.

Pero esto no excluye, sin embargo, que en otros territorios también se plantee la idea. El alcalde de Alcañiz (Teruel) y exdiputado socialista, Ignacio Urquizu, explicaba este sábado en las redes sociales por qué cree que debe haber un trato diferenciado. Él pone el ejemplo del área sanitaria de su localidad, formada por 70.000 personas donde los casos han caído de 60 a 11 porque la gente lo está haciendo “bien”, está “concienciada” y también tiene menos posibilidades de contagio, dado que, dice, “no usamos transportes colectivos”. A la inversa, su economía sufre más por el confinamiento y tardará más en recuperarse.

“Por ello, lo más justo sería una salida escalonada de la pandemia también desde el punto de vista territorial. Hay dos Españas de dos velocidades y también lo hay en la pandemia. Y es muy injusto tratar igual al que es desigual”, dice Urquizu.

De momento, los gobiernos de Canarias y de Baleares son cautos y, además del análisis epidemiológico que determinará la acción del Gobierno central, también tienen sus propios grupos de expertos que están estudiando la posibilidad de ir abriendo paulatinamente algunos territorios, con la prudencia a la que llaman fuentes canarias, para que una apertura no se traduzca en la llegada a las islas menos afectadas de personas que puedan llevar consigo el contagio.

Andalucía, Asturias o Extremadura

Pero no son las únicas administraciones que empiezan a pensar en una fase de desescalada que pudiera no ser igual en todo sitios. Como es natural, se lo plantean también otros territorios con cifras relativamente bajas de coronavirus. Esta semana, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, apuntó que podría ser “un criterio a tener en cuenta”. Este sábado, el consejero de Sanidad de la Junta de Extremadura, José María Vergeles, apuntó este sábado que debe hacerse de manera "muy coordinada" con el Ministerio de Sanidad.

En una reciente entrevista, Adrián Barbón, presidente de Asturias, otra comunidad en niveles más bajos, aseguró que el fin del confinamiento será “gradual y por territorios”