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Qué le ocurre y cómo cuidar nuestra piel en tiempos de confinamiento

El confinamiento tiene aspectos positivos y negativos para la piel.
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Este encierro forzoso tiene que servir para que salgamos de él más sabios, más solidarios y más conscientes del mundo privilegiado en el que vivimos. Pero también con nuestra piel bella y confortable. Cuidarnos es una responsabilidad que obtendrá resultados.

Soy, básicamente, una persona positiva e intento siempre encontrar el lado bueno de cualquier situación. Pero también soy consciente de que el dramatismo que estamos viviendo no tiene parangón con nada que se pueda haber experimentado en los últimos ochenta años. Y solo espero, militando en mi optimismo, que tengan que sucederse muchas generaciones para que una catástrofe así vuelva a caer sobre la humanidad. Y que, si vuelve a ocurrir, estemos mejor preparados para afrontarlo.

Uno de los pocos aspectos positivos que tiene este periodo es que disponemos de tiempo para las pequeñas cosas, dejadas de lado a menudo por la celeridad con la que transcurre nuestra vida, como, por ejemplo, cuidar nuestra piel.

Nuestro organismo ama las rutinas, en la alimentación, en los ritmos de sueño, en el tiempo dedicado al ejercicio y, por supuesto, en el cuidado personal.

La piel necesita una rutina de cuidado que la hace estar más sana, más joven y más fuerte. Y como es un órgano extraordinariamente agradecido, cuanto más tiempo le dedicamos, más efectivo es el resultado.

La técnica de diversos pasos, en la que vamos aplicando a la epidermis diversos productos en secuencia, ha sido desarrollada a lo largo de muchos años. Y hoy en día es una garantía de eficacia.

Sabemos que, por las noches, lo primero es limpiar la piel con un producto suave como el agua de Angélica o de Manzanilla, eliminando, sin agredir, la suciedad e impurezas. Aplicaremos, después, un contorno de ojos que puede tener funciones muy distintas desde el tratamiento de las arrugas, las bolsas, la regeneración o un largo etc. A continuación, son utilísimos y espectaculares los sueros tensores, que activan la microcirculación y tienen efecto “manzana“ porque aportan tersura a las capas profundas. Pasados unos minutos, acompañaremos el tratamiento con una nueva crema antiarrugas que regenere las fibras de colágeno y elastina, consiguiendo que no perdamos la elasticidad de la piel y la velocidad de renovación.

Se trata de un rutina sencilla que podemos reforzar con peelings que eliminen las células muertas o mascarillas. Y, en el caso de que sea necesario, con productos reafirmantes para la flacidez del cuello.

El confinamiento tiene aspectos positivos y negativos para la piel. Entre los puntos positivos está la disminución de la contaminación ambiental y la exposición a los agentes que son agresivos, como los alérgenos del polen y los muchos productos químicos que nos rodean. La piel, al estar a cubierto, pierde menos agua y se deshidrata menos.

En cambio, nuestra circulación es peor porque nos movemos mucho menos y esto hace que la piel drene peor las toxinas, y que tenga tendencia a estar más sensible.

El confinamiento hace que, en muchos casos, el balance entre las calorías que quemamos y las que consumimos se haya desequilibrado, los niveles de colesterol están aumentando, y la piel y el cabello estén mas grasos. Lo que provoca una notable tendencia a la aparición de granitos y pequeñas infecciones de piel.

El comienzo de la primavera es siempre una época complicada para el organismo, las defensas bajan, los ritmos de renovación se vuelven lentos y las alergias se intensifican. Dado que estas semanas son un periodo de alteraciones, será un buen momento para intensificar los cuidados de nuestro órgano más extenso.

Jerónimo Ors, Farmacéutico y Director de Laboratorios Paquita Ors.

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