Crónica de la reapertura en peluquerías y bares en el Día 1 de la desesacalada: "Abrir así no es rentable"

Un empleado desinfecta con una disolución de lejía y agua la zona de corte de una peluquería de Madrid.
Un empleado desinfecta con una disolución de lejía y agua la zona de corte de una peluquería de Madrid.
EFE
Un empleado desinfecta con una disolución de lejía y agua la zona de corte de una peluquería de Madrid.
Empiezan a subir persianas y abrir puertas comercios pequeños. Hemos visto algún taller, arreglos de ropa, electrodomésticos, ferreterías, ópticas. Aprendiendo a abrir, eso sí, con muchas dudas, e incertidumbre en sus negocios. Llegan los clientes con todas las precauciones.

Cita previa, distancia de seguridad, geles desinfectantes, mascarillas... La 'nueva normalidad' diseñada por el Gobierno para la apertura de negocios desde este lunes en la primera fase de la desescalada ha permitido a bares, peluquerías, librerías y otros pequeños comercios abrir sus puertas tras unos 50 días cerrados por la pandemia del coronavirus, aunque con muchas limitaciones e incertidumbres. 

En Gijón, Rafael Gutiérrez es dueño de la librería La Buena Letra desde hace once años. Este lunes le ha quitado el candado al local que tuvo que cerrar a mediados de marzo. Eso sí, ahora su establecimiento dispone de gel desinfectante y tiene marcada en el suelo la distancia de seguridad recomendada de dos metros para atender a los clientes. 

"Hoy tengo programadas cuatro citas previas para recoger libros y durante esta semana unas 40", explica este librero asturiano de 49 años, que tiene claro que en este nuevo inicio su negocio no es el genuino: "Esto no es una librería. Ahora viene un cliente le doy el libro, me paga y se va. En una librería se interactúa, te preguntan, recomiendan libros, se ojean...". 

Rafael asegura que su negocio antes de esta crisis de "mantenía estable" pero que ahora tendrá que "reinventarse" para poder seguir adelante. "Es una buena oportunidad para que las instituciones apuesten por el libro", un mundo que "necesita un reordenamiento". "Las grandes editoriales, como Planeta, sacaban unas 200 novedades al mes, lo cual es una locura", opina. 

De cara al futuro es optimista gracias a su fiel clientela que incluso le ha ofrecido "pagar por anticipado" sus compras, pero mantiene la incertidumbre en algunos aspectos, como el aforo de su local. "Aunque en las librerías no suelen producirse aglomeraciones, los comercios no sabemos cuántas personas podemos meter como máximo porque no está estipulado".  

Rafael Gutiérrez, propietario de la librería La Buena Letra, frente a su negocio.
Rafael Gutiérrez, propietario de la librería La Buena Letra, frente a su negocio.
R. G.

Los bares y restaurantes son otros establecimientos que puede empezar a operar desde este lunes. Pero solo ofreciendo comida para llevar a sus clientes. Esta circunstancia ha hecho que poco negocios hayan levantado la baraja. Uno de los que sí lo ha hecho es el comedor de Amara, en la ciudad de Madrid. 

"Vamos a ofrece comidas para llevar porque varios clientes se han interesado. Tenemos algunos pedidos, pero abrir estos negocios así no es rentable", sostiene Tomás Hernández, uno de los propietarios del establecimiento

Hernández calcula que deberían dar "unos 50 menús diarios" para ganar dinero, algo muy improbable que ocurra. "Ahora estamos trabajando mi socio y yo, pero tenemos dos empleados que están en ERTE. Hemos abierto para seguir sobreviviendo y que la gente no se olvide de nosotros", dice con resignación. 

Las peluquerías, mucho trabajo pero poco premio

Las peluquerías son uno de los establecimientos que más trabajo van a tener con la vuelta a la actividad. Este medio ha realizado esta mañana una decena de llamadas telefónicas a negocios de este tipo en toda España. "Tenemos bastante trabajo; ahora no podemos atenderte. Llama un poco más tarde", ha sido la respuesta en la gran mayoría de los casos. 

Sin embargo, ha habido peluquerías que han decidido no abrir pese a tener peticiones debido a que "todo ha sido muy precipitado" y "no disponemos de los instrumentos adecuados de protección individual". "Las condiciones para la reapertura se publicaron el pasado domingo por la tarde en el BOE para abir el lunes", destaca Isabel García, que lleva veinte años al frente de Isabel García Estilistas, en la ciudad de Valencia.

"No puedo exponerme al público sin tener los equipos adecuados", afirma García, de 47 años, que ha comprado batas, guantes, mascarillas, gel desinfectante, caretas, mamparas, un termómetro y un esterilizador para los materiales de trabajo. "Tenemos que dar una imagen de seguridad y tranquilidad a los clientes", sostiene. Su intención es abrir ya el próximo 11 de mayo, aunque es consciente de que le va a costar el dinero: "Solo puede haber un cliente por estilista. No sale rentable porque los gastos son del 100% pero solo puedo facturar un 30%. En mi local solo puedo atender a dos personas a la vez", concluye.  

Mostrar comentarios

Códigos Descuento