Crea tu cuaderno de plantas gracias a los paseos

Durante las salidas en familia por la naturaleza puedes recopilar en una libreta todas las flores que encuentres.
Los niños pueden buscar flores en sus paseos diarios y recopilarlas para aprender muchas variedades de ellas.
Los niños pueden buscar flores en sus paseos diarios y recopilarlas para aprender muchas variedades de ellas.
Pixabay
Los niños pueden buscar flores en sus paseos diarios y recopilarlas para aprender muchas variedades de ellas.

Un herbario es una recopilación de plantas secadas, conservadas e identificadas por su nombre científico o vulgar, con información relativa al lugar de recolección, fecha, color y aspecto, por ejemplo. Suena a algo reservado solo para especialistas o científicos, pero un niño puede elaborar su primer herbario con solo una libreta, un bolígrafo, celo, imaginación y ganas de aprender.

Durante los paseos por la naturaleza de estos días cerca de los municipios o ciudades, podéis recopilar todas las flores bonitas que encontréis en familia para coleccionarlas en un cuaderno y anotar sus característica o toda la información que encontréis sobre estas. Una manera de conservar aquellas flores que más os gustan, gracias a que las plantas se secan con las hojas de papel.

Un auténtico cuaderno de investigador y naturalista, que podemos llevar a todas partes en una mochila y ampliar la colección infinitamente, ya que cada día encontraréis flores y variedades de plantas nuevas. En una libreta caben muchas especies y es fácil pegarlas con celo. Además, podéis anotar, incluso, cualquier anécdota vivida durante su recolección.

Álbum de fotos con flores secas

El cuaderno de flores artesano es un inicio, pero si queréis ir más allá, se puede profesionalizar. Un álbum de fotos con los plásticos en los que se adhieren las fotografías pueden conservar, mejor y más tiempo, cada una de las variedades de plantas. Con un proceso de secado y posterior pegado en el álbum, la colección durará años y se podrá consultar siempre que se quiera, sin miedo a estropear los ejemplares o perder algún pétalo.

En los álbumes se pueden también hacer anotaciones y añadir fotografías de las plantas o recortes que tengan relación y amplíen el conocimiento en el campo. Estos paseos se convertirán en auténticas investigaciones de futuros biólogos, botánicos o naturalistas.

El primer herbario del mundo parece tener origen en Italia cuando en el año 1544 Luca Ghini, médico y botánico, pegó unas plantas secas en un papel para mandarlas por correo. Quién sabe, los pequeños de la casa pueden elaborar durante estos días futuras investigaciones.

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