El mundo se ha parado con la pandemia del coronavirus y consecuentemente se emite mucho menos dióxido de carbono, hasta un descenso del 25% en China. Esta bajada del nivel de contaminación, unida a la la reducción del tráfico y el aumento de la floración silvestre, favorece a las abejas, que se veían sometidas a un constante peligro y que ahora están pudiendo regenerar algunas de sus poblaciones.
Igual que hemos visto a otra fauna salvaje expandir sus dominios, las abejas silvestres pueden ahora trazar mejor sus rutas a unas flores, más abundantes, sufrir menos atropellos y disfrutar de un ambiente más benigno según recoge la BBC.
A falta aún de datos oficiales para corroborar estas suposiciones y vestirlas de cálculos, se han puesto en marcha iniciativas de ciencia ciudadana para recabar información. Por ejemplo, la de la PoMS (Pollinator Monitoring Scheme), que busca voluntarios en el Reino Unido para cuantificar la actividad de los insectos polinizadores.
Las abejas son una pieza clave del ecosistema, ya que polinizan las flores que luego se convertirán en fruto y expanden el polen permitiendo que nazcan nuevas plantas. Sin su intervención en la naturaleza, el mundo y el medio ambiente serían drásticamente diferentes.
Bajo amenaza
En los últimos años, las abejas han vivido bajo la amenaza de ver su población reducida drásticamente debido a los crecientes niveles de contaminación atmosférica, pesticidas y pérdida del hábitat que impedían su desarrollo. Muchas organizaciones como Greenpeace reivindicaron fuertemente este problema para hacerlo visible e intentar solventarlo.
Según Greenpeace, el 75% de alimentos que consumimos en España dependen de la polinización, el 37% de las poblaciones de abejas en Europa están en declive, y el valor económico de su polinización supera los 2,4 millones de euros para la agricultura española. Este último dato a nivel mundial es de unos 265.000 millones de euros anuales, y 22.000 millones para Europa.
En los últimos años, las abejas melíferas han perdido el 38% de su población en Estados Unidos entre octubre de 2018 y abril de 2019. Este fenómeno es definido por la USDA Agricultural Research Service como "una colonia muerta sin abejas adultas ni cuerpos de ejemplares muertos excepto una reina viva, normalmente con ausencia de miel y de abejas que no han llegado a la madurez".
Un videojuego para crear conciencia
Santiago Morales, Yabel Blázquez, Rubén Damián, Lucía Fernández, María Cristina Castillo y Alberto Higueras son seis alumnos de la Universidad Francisco de Vitoria que, como parte de la la asignatura Técnicas de Pensamiento Creativo II impartida por la directora del Grado en Creación y Narración de Videojuegos Belén Mainer, han desarrollado Abejuego, un videojuego disponible para descargar gratuitamente con la intención de crear conciencia sobre la problemática situación de las abejas en concreto y de todos los insectos polinizadores en general.
En dicho videojuego las abejas tienen que alcanzar las flores, huyendo de la creciente contaminación y de la amenaza de la avispa asiática, una especie invasora que también supone una amenaza. Un empeño que han concebido a conciencia imposible de llevar a buen puerto para que cale el mensaje de la necesidad de mejorar el entorno de estos imprescindibles insectos.
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— Abejuego (@abejuego) April 20, 2020
Quiero decir, bienvenidos a nuestra cuenta dedicada al newsgame para concienciar sobre la situación de nuestras amigas las abejas.
¡Unidas somos más fuertes!
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