Barcelona controlará el aforo de las playas con videosensores, puntos de acceso y semáforos online

  • El Ayuntamiento prepara el inicio de la temporada de baño ante su posible paso a fase 2 el próximo lunes.
  • Habrá que mantener la distancia recomendada de cuatro metros entre cada grupo.
  • Piden a los bañistas que se distribuyan por todas las playas y en distintas franjas horarias.
Playa de la Barceloneta.
Playa de la Barceloneta.
EUROPA PRESS
Playa de la Barceloneta.

Barcelona ya se prepara para el inicio de la temporada de baño en sus playas, que podría comenzar el próximo lunes si el Ministerio de Sanidad confirma la petición que tanto el Ayuntamiento como la Generalitat han hecho para pasar a la fase 2 de desescalada. Por ello, el consistorio ya está poniendo en marcha su plan para evitar aglomeraciones y garantizar la distancia mínima de cuatro metros recomendada entre grupos y personas individuales en la arena. En total, todo el despliegue requerirá una inversión de 700.000 euros por parte del gobierno municipal.

El concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, ha anunciado este jueves que desde el Ayuntamiento se controlará el aforo a través de videosensores, que harán fotografías cada cinco minutos y avisarán cuando las playas lleguen a su límite. Estos no identificarán a las personas, sino que trabajarán con sombras y detectarán el espacio que queda libre en un campo de visión de 400 metros. Esto se complementará con la vigilancia de cámaras que hay instaladas en la Torre Maphre.

Puntos de acceso y semáforos

Además, en el caso de las playas con mayor afluencia, como son las de Ciutat Vella (Barceloneta, Sant Sebastià, Sant Miquel y Somorrostro) se instalarán vallas de madera y cuerda y 15 puntos de acceso. Así, en el momento en que se detecte que alguna ha llegado a su aforo completo, se anunciará por megafonía y con informadores. Las playas que cuenten con puntos de acceso se cerrarán y, cuando vaya saliendo la gente, se dará acceso preferencial a las personas mayores para que no tengan que caminar bajo el sol hacia otra playa. 

Además, Barcelona pondrá en marcha una página web que informará del estado de las playas. Lo hará a través de un sistema de semáforos que las calificará con cuatro colores, según si están más o menos llenas, y que se actualizarán cada cinco minutos. En este sentido, Badia pide a la ciudadanía un “cambio de hábito” a la hora de ir a la playa y que, antes de salir de casa, consultemos la página para dirigirnos hacia alguna que tenga espacio libre, y así evitarnos el disgusto de llegar y que esté cerrada. 

Recomiendan consultar los semáforos antes de salir de casa para saber qué playas tienen espacio

Distancia de 4 metros y máximo de 15 personas

Una vez dentro, se pedirá a los usuarios que se coloquen más hacia atrás, bien separados de la orilla y que mantengan la distancia recomendada de cuatro metros, dejando así dos metros de espacio entre toallas y dos más de pasillo para que los bañistas puedan pasar caminando. 

En un primer momento, la intención del ayuntamiento es informar cuando alguien no respete las normas, aunque el concejal ha aseverado que se sancionará a aquellos que se nieguen a cumplirlas. En cuanto al límite de personas por grupo, será el máximo marcado por la regulación general, que en el caso de la segunda fase es de 15 personas como máximo.

Igualmente, según el concejal no hay de qué preocuparse: en las playas de Barcelona hay espacio para todos si nos distribuimos como es debido. “No es un problema de capacidad”, aclara Badia, sino de que tenemos que quitarnos la costumbre de colocarnos en las mismas playas y en el mismo horario.

El problema no es la capacidad, sino la costumbre de concentrarnos en las mismas playas a las mismas horas

En total, la arena del litoral barcelonés en época de Covid-19 tendrá una capacidad de entre 25.000 y 38.000 personas, dependiendo si vienen solas o en grupo, una cifra que no dista tanto de las 40.000 que se suelen concentrar en temporada alta, un 20% del cual suelen ser turistas.

Por ello, Badia argumenta que en junio no se prevén problemas de aforo, sino que los semáforos en rojo seguramente llegarán hacia la segunda quincena de julio y durante el mes de agosto, cuando aún está por ver cuántos extranjeros se animan a venir. Lo importante entonces, insiste el concejal, estará en coger el hábito de revisar los semáforos antes de salir de casa y repartirnos más entre las distintas playas y a lo largo de diferentes horas del día.

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