La dextrosa: qué es, para qué se utiliza y cuándo debemos evitarla

  • Es un azúcar libre que se usa en la industria alimentaria, pero también como suplemento deportivo y médico. 
  • ​Un exceso de dextrosa puede tener consecuencias graves para la salud, sobre todo a largo plazo. 
La miel es uno de los alimentos más ricos en dextrosa
La miel es uno de los alimentos más ricos en dextrosa
ExplorerBob / Pixabay
La miel es uno de los alimentos más ricos en dextrosa

La dextrosa es un azúcar simple, químicamente idéntico a la glucosa (D-glucosa), que proporciona 4 kcal por gramo y tiene varios usos, desde el  culinario, sobre todo en la elaboración de productos procesados de mano de la industria alimentaria, hasta el medicinal y el deportivo.

Es indispensable para el buen funcionamiento del organismo, pues proporciona nutrición a las células para que transforme el azúcar en energía. Sin embargo, dado que es un azúcar simple, un uso indebido o excesivo puede provocar serios problemas de salud, sobre todo a largo plazo y en el caso de personas con diabetes u otras patologías.

¿Para qué la utiliza la industria alimentaria?

La dextrosa está presente de manera natural en varios alimentos, como la miel, las frutas, los cereales y almidones, como el arroz, las patatas, el maíz, etc. Para utilizarlo de manera comercial, se debe refinar y se extrae de alguno de los alimentos en los que está presente, sobre todo del maíz. En la industria alimentaria está presente sobre todo como edulcorante en galletas, jarabes, bollería…, para aportar textura en helados, como conservante y activador del sabor en embutidos e incluso como activador bacteriano -fermento- en la fabricación de la cerveza.

Se trata, por tanto, de un aditivo, un azúcar libre y añadido del que habrá que huir siempre que se pueda, pues la OMS recomienda que este tipo de azúcares representen menos de 5% de las calorías de la dieta y que no se consuman más de 20-25 gramos al día.

La dextrosa en el deporte

La dextrosa se utiliza mucho entre los deportistas profesionales, deportes de alta intensidad o los culturistas como agente regenerador de músculos, tendones y ligamentos.

Durante el ejercicio se usa para proporcionar energía de forma rápida, pues se digiere y se absorbe muy rápidamente. Su consumo durante ejercicios de alta intensidad y larga duración evitará que se agote la glucosa de los depósitos de glucógeno en los músculos y el hígado y que produzca fatiga e hipoglucemia. De este modo, aumentará o se mantendrá durante más tiempo.

La dextrosa también puede tomar después del ejercicio. En este caso, el objetivo es reponer los depósitos musculares y hepáticos de glucógeno en el menor tiempo posible, lo que contribuye a para restablecer los niveles de proteína y glucógeno ideales para promover la recuperación y el crecimiento de músculo. Debe hacerse justo después de entrenar, sino no resulta tan eficaz. Esta ayuda, sobre todo, a los deportistas que tienen entrenamientos o competiciones muy seguidos.

Aunque se trata de un suplemento deportivo muy accesible, lo ideal es que, en caso de utilizar dextrosa en la práctica deportiva, se haga bajo supervisión médica, sobre todo para usar la dosis adecuada y evitar así los posibles efectos secundarios indeseados y contraindicaciones.

Como medicamento

En medicina la dextrosa se utiliza en forma de inyección y su objetivo es el de restaurar de manera rápida los niveles de azúcar o de electrolitos en la sangre. Esto puede producirse en caso de deshidrataciones severas, hipoglucemias, shock insulínico o como consecuencia de cuadros febriles. También puede utilizarse como apoyo para pacientes que, debido a alguna herida o enfermedad, necesiten algún apoyo nutricional o como diluyente de otras medicinas que son administradas por vía intravenosa.

Fuera del ámbito médico, no puede utilizarse la glucosa inyectada.

Contraindicaciones y peligros de la dextrosa

La principal contraindicación de la dextrosa es la diabetes, pues, al tratarse de una sustancia con índice glucémico del 100% -el mayor que existe-, se absorbe muy rápidamente en el intestino y sube también de manera muy rápida los niveles de glucosa en sangre. Tampoco es recomendable en caso de tener problemas en los riñones o de hígado ni en personas con alergias severas, problemas respiratorios o que reciben transfusiones de sangre de manera frecuente.

Además, sin tener ninguno de estos problemas, si se toma en exceso o muy deprisa, puede provocar vómitos, molestias estomacales o mareos.

Más conocidos y peligrosos son las consecuencias que el exceso de consumo de azúcares libres tiene para la salud a largo plazo, como la adicción, la obesidad, el desarrollo de diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares, lesiones cerebrales e incluso un aumento de las posibilidades de sufrir algunos tipos de cáncer.

Lo mejor para evitar que esto ocurra es leer detenidamente las etiquetas de los productos procesados para evitar aquellos que contengan este tipo de azúcares como aditivo y, en caso de utilizarla como complemento deportivo, que se haga siempre para la supervisión de un profesional. 

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